Este Búho sigue a Jaime Bayly desde que ingresó chibolo a la televisión en 1983. Nadie imaginó que aquel jovencito de flequillo al que le quedaba grande el terno se iba a convertir en uno de los ‘animales televisivos’ más importantes de la televisión peruana y que en noviembre próximo cumplirá 40 años frente a las cámaras.
Fue el ojo clínico del dueño de Panamericana Televisión, el inmenso Genaro Delgado Parker —antes que se especializara en tirar ‘perro muerto’ a sus acreedores y trabajadores—, el que descubrió a aquel mozalbete que había ingresado de practicante a los quince años al diario ‘La Prensa’, y a los dieciocho lo sentó como panelista en el programa ‘Pulso’, junto a grandes ‘tiburones’ de la política.
La televisión era distinta. Solo había cuatro canales en el país. “Hoy veo esos videos y veo a un chico revejido, intoxicado de política”, recuerda. Ahora ya no se siente seguro en su selva de polvos de maquillaje, luces intensas, cortinas musicales y cronómetros en que se convierte su set de televisión en Miami.
No sabe si va a llegar a noviembre para celebrar al aire su aniversario. La televisora ha sido vendida recientemente. El anterior dueño, un magnate que se cansó de perder dinero, durante 17 años afrontó la crisis de la burbuja inmobiliaria del 2008, la llegada de nuevas plataformas informativas virtuales, hasta la maldita pandemia, pero no botó al lejano ‘Niño terrible’.
Solo le fue recortando año a año su fabuloso sueldo inicial. Ahora está con la incertidumbre y se pregunta: “¿Desearán los nuevos dueños preservar mi programa? Pero dar un golpe de hacha, o de motosierra, o de machete, a mi salario sería doloroso. En ese caso, probablemente me retiraría para hacer televisión en casa”, expresó con ironía el recordado ‘Francotirador’.
Y lo está haciendo. “Ante esta incertidumbre, he decidido crear un canal de YouTube en mi casa junto a Silvia Núñez y mi hija”, reveló en sus primeros programas de prueba desde su casa, con un austero fondo, donde un conductor más ‘carón y cejón’ -por la cercanía de la cámara-, sin maquillaje, confesó que lo mejor de hacer ‘televisión en casa’ es que no tiene que someterse a las sesiones de maquillaje ni, sobre todo, a la torturante rutina de tener que manejar cuarenta minutos diariamente para llegar a hacer televisión en vivo.
Quienes lo conocen dudan que el periodista pueda tener graves problemas financieros aun si sale de MegaTV, pues en esos 40 años de hacer televisión no solo en Perú, Estados Unidos, sino en otros países latinoamericanos, ha recibido sueldos de estrella.
Pero, como un depredador de la sabana que no se detiene por nada si está cazando una presa, un ‘animal televisivo’ no puede vivir sin el oxígeno que le brinda tener un buen rating en televisión abierta. Jaime reconoció en el 2013 que había dejado de ser ateo por culpa del bendito rating: “Parecería entonces que soy un ateo coherente, consistente. No es el caso. Todas las mañanas, a las ocho y media, antes de abrir las planillas de los índices de medición de audiencia de la televisión, cierro los ojos y rezo: Dios, te pido, por favor, que me ayudes a hacer buenos números, te ruego que me ayudes a subir el rating, no te pido que le gane a Univisión o a Telemundo, ya sé que eso es imposible, pero sí que me hagas quedar tercero y ganarle a Unimás, a Mundo Fox y al 41. Rezo tenso y asustado”.
Al menos Jaime solo rezó, otros ‘animales televisivos’ nacionales han llegado a hacer el ridículo en pantalla con tal del ascenso en las cifras. Aunque recuerdo que Bayly en la última época de ‘El francotirador’, desesperado por la competencia de ‘Cuarto poder’ y ‘Panorama’, se ‘achichó’ al punto de invitar a su set al ‘hombre de dos penes’ y observó solito al aventajado fenómeno de la naturaleza.
Siempre Bayly llevando su audacia a niveles estratosféricos. De más está decir que su rating subió como la espuma. El ‘Tío terrible’ llegará al Perú la próxima semana, que promete ser intensa. No solo vendrá para presentar en la Feria del Libro de Lima su controvertida novela ‘Los genios’, sobre el mítico puñetazo de Mario Vargas Llosa a Gabriel García Márquez y la destrucción de una gran amistad.
Recorrerá varias librerías de la capital para firmar libros de sus lectores. No creo que se limite a eso. Promocionará su nuevo canal de YouTube, aunque es probable que aproveche para conversar con algunos dueños de televisoras. Hace años, el escritor dijo algo genial: “Cuando venía al Perú sentía que entraba en una quinta y por cada ventana iban saliendo los personajes: Ferrando, la Gringa Inga, Tribilín, el Chato Barraza, Melcochita, Amparo Brambilla, Chibolín, Mario Poggi, la Chola Chabuca, Camotulio, Beto Ortiz, el hermanón Belmont”. Le faltó decir: “Y yo... Jaime Bayly”. Apago el televisor.
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