Este Búho piensa que en política no hay casualidades. Me parece sospechosa la ‘entrega’ del sobrinísimo de Pedro Castillo, Fray Vásquez, quien durante mucho tiempo estuvo como una rata acorralada. Justo se produce su ‘captura’ cuando diversos analistas están pidiendo la cabeza del ministro del Interior, Víctor Torres.
Recuerdo que hace unos meses el preferido del chotano reveló en televisión que tenía muchas cosas que contar, sobre todo de aquellos que pretendiéndose acoger a la colaboración eficaz lo han involucrado en actos ilícitos ‘haciéndose ellos los inocentes’.
La verdad es que es investigado por los delitos de organización criminal, colusión agravada, uso de documentos falsos, falsa declaración y tráfico de influencias. Los vecinos de los extramuros de Oquendo, en el Callao, lo recuerdan cuando puso en la esquina de su casa un ‘chifa al paso’. En ese tiempo pedía prestados cien soles a sus vecinos para poder cocinar sus menús.
Pero se le presentó la Virgen cuando Vladimir Cerrón, impedido de postular por corrupción, escogió a su tío Pedro Castillo como candidato de Perú Libre. Fray fue el primero de los sobrinos en apuntarse a su comando de campaña. Cuando Castillo ganó la presidencia, Fray sorprendió a sus vecinos al llegar en una moderna camioneta cuatro por cuatro —después se sabría que era del empresario Zamir Villaverde— para pagar sus deudas y llevarse sus cosas a un moderno departamento.
Por esa época empezó a vestirse con ropa de marca y a visitar restaurantes como La Rosa Náutica. Trabajaba a tiempo completo en la ‘casa de Sarratea’ y era quien recibía a oscuros empresarios que luego serían beneficiados por Castillo con los ilícitos contratos millonarios, como el del puente Tarata, por el que está investigado y el Poder Judicial dictó su detención preliminar.
Él era el ‘filtro’. La lobista Karelim López, Zamir Villaverde, los hermanos Passapera del puente Tarata lo sindicaron como el ‘operador’ de sus oscuras transacciones. Posteriormente actuaría a sus anchas en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, con otro prófugo, el exministro Juan Silva.
En la política nacional existieron más ‘sobrinísimos’ de otro mandatario. Nadie olvidará a los del expresidente Alejandro Toledo, el ‘cholo de Cabana’, como Jorge ‘Koki’ Toledo, a quien el ‘luchador de la democracia’ le abrió una cuenta a su nombre en Charlotte, Estados Unidos, como ‘fondo de contingencia para la lucha por la dictadura’ por 700 mil dólares.
Con la abrupta caída de Fujimori en el 2000, nunca se rindió cuenta de ese dinero que no se utilizó. ‘Koki’, o su tío, se quedaron con la plata que no fue reclamada por el multimillonario ‘benefactor’, el siniestro George Soros. Como premio, ‘Koki’ fue el engreído del ‘Cholo’ en Palacio. Era su fotógrafo personal, el acompañante infaltable en sus viajes y organizador de las ‘pachangas’.
Pero sobre todo estuvo involucrado en todos los millonarios negocios turbios que se dieron durante el gobierno del ‘sano y sagrado’. Tampoco podemos olvidar al tristemente célebre Fernando Manrique, alias ‘Filete’, quien terminó siendo procesado por los delitos de asociación ilícita para delinquir y encubrimiento real y personal. ‘Filete’ participó en la fuga de Carmen Burga, la principal testigo del caso de ‘Las firmas falsas’ de Perú Posible.
Pero el peor de los sobrinísimos del de la chakana fue Miguel ‘Violín’ Toledo, quien en el 2004, en pleno gobierno de su tío, violó a la joven Milady Rojas. Sin embargo, pese a que lo encontraron culpable, el Poder Judicial emitió una sentencia escandalosa: lo condenaron a tres años de prisión suspendida y a una reparación civil de ocho mil soles. La agraviada denunció interferencia del ‘Cholo’ para favorecer al delincuente. Ahora esperamos saber toda la verdad de Fray. ¡Qué tales ‘joyones’! Apago el televisor.
Contenido GEC