Este Búho es un convencido de que, dentro del amplio y sanguinario espectro de la criminalidad en el país, los malditos extorsionadores son los enemigos públicos número uno. Son ellos los que están desatando un verdadero baño de sangre en algunos distritos que están bajo el estado de emergencia, como San Juan de Lurigancho. Allí no solo lanzan bombas a discotecas repletas y a domicilios exigiendo pagos de cupos, sino que se zurran en las autoridades y siguen asesinando, como lo hicieron con un teniente gobernador y dos serenos.
En uno de sus más execrables crímenes, acribillaron a la luz del día a humildes mototaxistas y a un organizador de campeonatos de fulbito, en pleno partido, ante la vista de niños. Pero lo más indignante es que estos indeseables no solo planean sus crímenes en sus madrigueras, sino que la Policía ha comprobado que centenares de las llamadas extorsivas denunciadas por aterrorizados comerciantes, emprendedores o simples padres de familia, quienes recibían amenazas de asesinar a sus hijos si no depositaban sumas de dinero en cuentas bancarias, provenían de penales como ‘San Pedro’, más conocido como ‘Lurigancho’.
Por eso el último viernes, en la más absoluta reserva, en un operativo conjunto entre la Policía, Ministerio Público y el INPE, se ejecutó una requisa en el hasta ese momento inexpugnable ‘Pabellón 9′, donde 700 reclusos fueron sorprendidos y no pudieron ocultar las decenas de celulares que eran utilizadas para extorsionar y amedrentar a sus víctimas en todo el país.
Se les incautó también libretas con teléfonos como si fuera call center, números de cuentas, planillas, una ‘contabilidad’ de la extorsión, como si fueran decentes empleados bancarios y no viles delincuentes reincidentes.
Uno se pregunta cómo ingresan esos aparatos de alta gama. Pero la verdadera interrogante es ¡cómo diablos ingresa la señal de Internet y telefonía! si hay bloqueadores instalados por equipos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Las bandas criminales utilizan señales piratas, instaladas clandestinamente en los alrededores del penal, para poder realizar las llamadas extorsivas. Tan solo hace unos días, unas veinte antenas clandestinas fueron desactivadas e increíblemente volvieron a funcionar. ¿Quién está llamado a controlar esta indignante situación?
“Los propietarios de los inmuebles no han sabido explicar qué hacían esas antenas [cerca de sus casas], en los alrededores y en parte de los cerros”, señaló el fiscal superior Alfonso Barrenechea, coordinador nacional de las Fiscalías de Prevención del Delito. De nada vale que se hagan estos operativos si una vez que se van los fiscales y policías los televisores smart, los teléfonos de alta gama y las señales de las antenas clandestinas vuelven a funcionar.
Los ojos acusadores apuntan a ‘manzanas podridas’ entre el personal del INPE. Los servicios de Inteligencia informática de la Policía señalaron que la mayoría de llamadas delictivas se realizaban desde este pabellón y las denuncias se han incrementado hasta en un ciento cincuenta por ciento.
Pero Lurigancho no es el único penal donde los malditos dirigen sus sangrientas mafias. ‘Panorama’ denunció que el sanguinario delincuente venezolano Gustavo Enrique Serrano Salas, ‘Caracas’, el líder absoluto de la sanguinaria organización criminal ‘Los Hijos de Dios’, ‘primos hermanos’ del ‘Tren de Aragua’, recluido en el supuesto penal de máxima seguridad Ancón I, no frenó su actuar delictivo y desde su celda dominaba las extorsiones a comerciantes y el proxenetismo.
En el reportaje se puede escuchar un audio dando órdenes desde el penal a sus sicarios para que no tengan contemplaciones con la Policía y sus agentes si es que los intervienen. “Ataquen, ataquen con todo inteligentemente, no quiero loco... Nosotros tenemos que atacar primero, vamos a activarnos”, dice Caracas, con total sangre fría.
Este sistema criminal debe acabar de una buena vez. El Gobierno debe dejarse de tibiezas y poner mano dura. Para empezar, a todas esas lacras deben enviarlos a Challapalca. Estados Unidos, por ejemplo, trata con la máxima severidad a sus ‘enemigos públicos’, como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el temible narcotraficante que inundó de cocaína el país y perpetró asesinatos y lavados de dinero a estratosférica escala.
Lo condenaron a cadena perpetua en la cárcel de máxima seguridad de Colorado, conocida como ‘la Alcatraz de las Rocosas’. Está en una celda de tres por dos metros, solo ve la luz del sol una hora al día, solo, sin ningún preso alrededor. Y ni su madre ni su esposa Enma Coronel podrán visitarlo jamás.
Solo sus hijas mellizas de siete años podrán verlo por media hora cada periodo largo. Pero aquí los presos que mandan a matar viven como si estuvieran en hoteles de cinco estrellas y siguen dañando a la sociedad con total impunidad. Apago el televisor.
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