Este Búho debe admitir que en un inicio las redes sociales me generaron desconfianza e incertidumbre. Pero para sobrevivir hay que adaptarse. Por eso no demoré mucho en darme cuenta de que en realidad eran herramientas útiles para mi oficio y también para restablecer contacto con viejos amigos de otros barrios, provincias y países, con quienes a veces intercambio opiniones y ‘likes’.
Para la ‘chamba’, Facebook y Twitter me han servido como fuentes directas a la hora de buscar información de lo que sucede en cada rincón del mundo. Ahora cualquier ciudadano de a pie puede hacer una transmisión en vivo sobre una protesta o un crimen.
La información llega en ‘bruto’ y a uno como periodista le toca contrastar y corroborar su veracidad. Hace unos días, un jovencito lector me dejó un ‘inbox’: ‘Búho, ¿podrías explicarnos cómo serán las próximas elecciones presidenciales en medio de esta pandemia?’. Por eso agarro mi ‘espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’ para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’.
Sin duda, esta campaña electoral será atípica. Los 24 candidatos que pugnan por ocupar el sillón presidencial tendrán que trasladar los multitudinarios mítines y debates a las plataformas digitales. Se estima que 13.2 millones de peruanos utilizan redes sociales y que la mayoría prefiere Facebook (según encuesta de Ipsos).
En una entrevista reciente con este diario, la gerente general de la encuestadora Datum, Urpi Torrado, señaló: ‘Va a cambiar la dinámica de las elecciones. (A los candidatos) los va a obligar a ser creativos y a encontrar otras formas diferentes, nuevas, de hacer campaña y conectar con el ciudadano’.
En ese océano virtual en donde no existen límites, cada candidato tendrá que desarrollar dos tareas fundamentales: primero, posicionar sus propuestas y, segundo, neutralizar las ‘fake news’ (noticias falsas).
Precisamente, uno de los mayores retos para los postulantes a la presidencia y para los electores será sortear aquellas informaciones inescrupulosas que solo buscan el desconcierto.
Con la tecnología de hoy, la manipulación de fotos, audios y videos son tan engañosos que puede hacer dudar al más ‘cuco’. Este año, varios audios se difundieron a través de WhatsApp y en plena crisis sanitaria: el de la niña que anunció el día del juicio final, el del avión que sobrevolaría Lima para fumigarla, el de un supuesto golpe de Estado encabezado por las Fuerzas Armadas.
Durante las elecciones norteamericanas también se viralizaron ‘fake news’: el supuesto hallazgo de votos desechados a favor de Donald Trump y regaron calumnias contra Joe Biden, a quien tildaron de ‘superdepredador’ y ‘pedófilo’.
A las ‘fake news’ se les acaba de sumar las ‘deep fake’, tan sofisticadas que incluso utilizan inteligencia artificial para crear no solo audios, sino también videomontajes ultrarrealistas, que hasta hace poco solo eran realizados por grandes productoras hollywoodenses, pero que hoy cualquiera puede hacerlo descargando una aplicación.
Las redes sociales son buenas herramientas y vehículos para divertir, aprender, informar y fortalecer vínculos sociales solo si se usan con criterio y responsabilidad, de otra manera pueden ser peligrosas.
Estas elecciones serán una guerra que tendrá como escenarios Facebook, Twitter, Instagram, Youtube y TikTok. La mejor forma de combatir esas informaciones engañosas es evitando compartirlas y recurriendo a los medios de comunicación confiables (papel, televisión, radio, web), que cuentan con periodistas suspicaces e incrédulos que sobreponen la calidad a la inmediatez. Nosotros estamos listos para ofrecer la mejor cobertura. Apago el televisor.