Este Búho se siente consternado por las recientes noticias sobre el actor Bruce Willis, luego que su familia anunció que su condición ha empeorado y ahora enfrenta un deterioro de la enfermedad mental (demencia frontotemporal) que padece. Su esposa y sus hijas han revelado que los doctores dicen que no existe cura para su mal. La patología de Willis se agrava. Su exesposa Demi Moore llegó a visitarlo y el ‘Duro de matar’ no la reconoció. Para los millones de admiradores solo me queda reseñar algunas de las más emblemáticas películas y hacer fuerza por su recuperación.
DURO DE MATAR (1988). Su tercer largometraje lo catapultó al estrellato y le forjó la fama de héroe solitario en el reluciente edificio Nakatomi Plaza de Los Ángeles. Allí ingresaría como John McClane, el policía de Nueva York que empezó sus aventuras enfrentándose sin recursos y hasta sin zapatos, en las alturas del edificio hecho de cristal, a una gavilla de terroristas extranjeros comandada por el despreciable Hans (notable Alan Rickman). McClane tiene que rescatar a su esposa, funcionaria de la gran corporación japonesa. Tan bueno y trepidante fue el primer filme de John McTiernan, que le siguieron cuatro secuelas, pero ninguna tan buena como la primera. La única película ‘navideña’ que arrojó tantos muertos y heridos. Gracias a ese papel se le abriría una carrera profusa de trepidantes filmes de acción.
EL SEXTO SENTIDO (1999). Una película inolvidable donde las notables actuaciones de Willis, como el psicólogo Malcolm Crowe, y el niño revelación Haley Joel Osment, en el papel de Cole Sear, se juntaron en una increíble historia del director indio M. Night Shyamalan. Bruce sorprendió porque demostró que no solo era un actor de películas de acción con sangre y balas. Se puso en la piel de un psicólogo que buscaba ayudar a un niño que sufría las más aterradoras visiones, pero la verdadera y espeluznante historia la sufriría el calmado médico. De lo mejor de su filmografía.
EL ÚLTIMO BOY SCOUT (1991). El recordado director Tony Scott reflotó su carrera a inicios de la década de los noventa. Cuentan que en el rodaje todo el mundo se metía cuchillos. El productor y Willis contra el director Scott. Bruce no tragaba a su coprotagonista Damon Wayans y el guionista Shane Black tenía que rehacer los diálogos a diario. El asunto es que, pese a los problemas, la película constituyó una perfecta cinta de acción con la clásica temática de los trabajos más taquilleros de Bruce: un policía retirado que termina de fracasado detective privado, al que la esposa le pone los cuernos con su mejor amigo y su hija adolescente medio punk lo desprecia. Joe Hallenbeck (Willis) hace una tremenda dupla con Jimmy Dix (Wayans), megaestrella de fútbol americano hundido en el infierno desde que su esposa embarazada murió en un accidente de auto el día que él se jugó el partidazo de su vida. Y para colmo, un grupo de sicarios asesina a su novia. Por eso se unirá a Joe y juntos serán dinamita, y harán el clásico saludo scout de ¡siempre listos! contra la mafia. Diálogos brillantes, socarrones, de humor negro. Después de ‘Duro de matar’, me quedo con esta, del policía humanizado y perdedor redimido.
TIEMPOS VIOLENTOS (1994). La obra maestra de Quentin Tarantino reservó un lugar en la historia del celuloide a Willis que, sin ser protagonista como John Travolta, Uma Thurman y Samuel Jackson, se lleva también escenas memorables y realiza una extraordinaria actuación en la piel del desesperado boxeador perdedor Butch Coolidge. Los cinéfilos dirán que ‘Tiempos violentos’ (Pulp fiction) es la mejor película de la carrera de Bruce. Coolidge (Willis) solo lidera la segunda de las tres historias que entreteje Tarantino en su filme de culto. Butch es un boxeador acabado a quien el mafioso Marsellus Wallace le ordena que se deje ganar. El boxeador solo tiene a su pareja, la devota Fabienne (tierna María de Medeiros), con quien quiere fugar al extranjero después de ganar el combate, cobrar el dinero de las apuestas, a riesgo de perder la vida por desafiar a Wallace. En el alucinante guion de Tarantino, Willis cargará con ser el ‘antihéroe’ perseguido y sumergido en un submundo tenebroso y sodomita. Son minutos de intensidad brutal los que nos entrega el personaje. Para los críticos, la mejor actuación de su carrera. El cine ha perdido mentalmente a un grande. Apago el televisor.
Contenido GEC