Dina Boluarte, la presidenta más impopular del mundo. (Foto: Presidencia)
Dina Boluarte, la presidenta más impopular del mundo. (Foto: Presidencia)

Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero brindando con un pisco acholado puro, para calmarse después del fuerte sismo. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’, y así poder dar mis acostumbradoscomo le gusta a mis lectores.

LA MÁS IMPOPULAR. Dina Boluarte sigue siendo, tristemente, la presidenta más impopular del mundo. La última encuesta de Datum para El Comercio le da un penoso 3 por ciento, coqueteando con el cero por el margen de error. Su desaprobación es del 94 por ciento.

Esta situación es peligrosa, pues le quita legitimidad. Encima, anda envuelta en mentiras y nadie le cree, como en el caso Rolex o sus operaciones estéticas. Sin bancada propia que la apoye, la mandataria está sujeta a los caprichos, exigencias y vaivenes de algunos grupos siniestros del Congreso ante los que está cediendo a cambio de que la mantengan en el poder.

 Como decía Luis Solari, esos ‘otorongos’ le dieron el voto de confianza al gabinete Arana porque la van a exprimir y le van a sacar todo lo que puedan.

CUIDADO CON LA FARRA FISCAL. Es obligación del gobierno objetar las pretensiones irresponsables de un sector del Congreso que está pretendiendo despilfarrar el dinero del Estado, sobre todo ahora que se vienen las elecciones. El Ejecutivo no puede estar diciendo ‘chí, cheñor’ a todo lo que le piden para comprar su apoyo.

Precisamente, por eso Dina sacó al ministro José Salardi de Economía, porque se oponía a medidas populistas. La situación es simple: si gastas más de lo que tienes, generas déficit. Eso lo sabe todo emprendedor. Si cae en la tentación, su negocio, ya sea una bodega, un restaurante, fracasará y cerrará. Eso no le puede pasar al país.

AUMENTAN LAS EXTORSIONES. Pese a los estados de emergencia y a los esfuerzos de la Policía, cada vez hay más casos de extorsión. Este cáncer se ha extendido a todo el país. Cada día estas redes criminales hacen explotar restaurantes, mercados y balean a conductores de buses y colectivos. En lo que va del año, al menos 19 choferes han sido asesinados. Eso sin contar los pasajeros muertos, como el pequeño Antuan, de seis años, al que dispararon en mayo último en Independencia.

El gobierno sigue sin reaccionar con la contundencia necesaria, mientras este tipo de ataques se está ‘normalizando’ de manera peligrosa. Cada vez llaman menos la atención y eso no puede ocurrir. Es imprescindible que como sociedad nos indignen estos casos y exijamos soluciones.

BOMBAS EN MEDIO ORIENTE. Este columnista ve con preocupación la guerra no declarada entre Israel e Irán que hasta ayer dejaba más de 150 muertos. Este nuevo episodio en la larga historia de confrontaciones entre estos pueblos comenzó la madrugada del último viernes, con una serie de ataques sorpresivos de Israel, a gran escala, a numerosas instalaciones militares y nucleares que dejaron unos 78 muertos.

Entre las víctimas mortales figuraban altos mandos militares y científicos nucleares. La respuesta de Irán no se hizo esperar, con cientos de drones y lluvias de misiles que la ‘Cúpula de Hierro’ de Israel, un costosísimo sistema de defensa, no ha podido detener.

Los israelíes aseguran que estaban obligados a atacar, pues los ayatolás están cada vez más cerca de fabricar bombas atómicas, armas de destrucción masiva que en las manos de locos fundamentalistas son una amenaza inminente a todo el planeta.

CUIDADO CON LOS CANDIDATOS. A menos de un año para las próximas elecciones generales, el país corre el riesgo de que llegue a Palacio un radical, un ‘mono con metralleta’ que termine de hundir al país. Habrá tantos candidatos que cualquiera puede pasar a segunda vuelta con un siete u ocho por ciento.

No dudo que habrá representantes de la sanguinaria minería ilegal y del narcotráfico, apoyados por los miles de millones de dólares de estos ilícitos negocios. También habrá sinvergüenzas, rateros y mentirosos que prometerán lo que la gente quiere escuchar para ganar sus votos. Por supuesto, no faltarán los odiadores, esos que siembran rencor entre los peruanos y que a muchos les gusta oír. Lo peor que nos podría pasar es que nos toque uno igual al golpista y ladrón de Pedro Castillo. Apago el televisor.

MÁS INFORMACIÓN:

tags relacionadas

Contenido sugerido

Contenido GEC