Este Búho reconoce que tuvo otra mirada sobre el fenómeno del recordado Augusto Ferrando y su ‘Trampolín a la fama’, cuando leyó el libro ‘El chongo peruano -Antropología del humor popular’ (2019) de Alexander Huerta Mercado, joven estudiante de la Universidad Católica, quien, deslumbrado e intrigado por los mensajes y la fiel audiencia del programa de Augusto, decidió convertirse en un asistente más, semana a semana, de ‘Trampolín a la fama’.
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Su experiencia fue alucinante y felizmente sus observaciones no solo le sirvieron para el trabajo de un curso, sino ya como antropólogo, columnista de El Comercio y docente en su propia ‘alma mater’. Así fue como publicó su investigación revestida en un libro indispensable. Esta vez Huerta Mercado vuelve a zambullirse en la cultura popular para presentar su libro ‘Feliz seré: Chisme, humor y lágrimas en la cultura popular’.
Con las herramientas que le da la sólida formación académica, analiza cómo la cultura popular y los discursos han aparecido en los medios de comunicación desde la segunda mitad del siglo pasado. El discurso cómico ha sido una forma de mover simbólicamente la economía del poder.
Así, el humor como elemento humillador, la burla (como Aristóteles lo ubica), como generador de superioridad, ha sido una forma de generar eco y conjunto en contra del humillado. ‘Se revela, asimismo, como un mecanismo de liberación frente a la agresividad contenida en una sociedad de divisiones bastante marcadas y ha sido características de los programas cómicos caracterizados por la carga de apodos (pag. 230).
En el capitulo ‘Humillando la virilidad, Freud en el cabaret’, el autor analiza los shows públicos y ‘privaditos’, y entrevista a vedettes que ‘dieron la hora’: Eva María Abad, Elvira Palomino y Gladys Trocones, En su trabajo de campo en un show observa cómo Eva María le pregunta a uno de los asistentes que ella previamente había elegido como compañero improvisado de baile: ¿Te gusta hacer sexo por atrás? Y el entusiasmado participante responde rápidamente ¡sí!, y ella le repregunta: ¿Y no te duele? Eso genera carcajadas de todos, incluidas las de la víctima del chiste.
“Ni Aristóteles ni Freud podrían dar explicación a lo absurdo e incongruente en el humor nacional”
Para el estudioso, la risa produce en Eva María una comunidad cómplice y también temerosa, pues todos revelan una vulnerabilidad ante chistes que puedan feminizar la propia masculinidad.
Uno de los descubrimientos de Huerta Mercado es que ni Aristóteles ni Freud podrían dar explicación a lo absurdo e incongruente en el humor nacional. Y el estandarte de esa incongruencia es el sempiterno cómico ‘Melcochita’. Y nos brinda algunas ‘joyitas’ del ‘Diccionario de Melcochita’ que hacen matar de risa cuando los cuenta en vivo o es colgado e incrementado en las redes: 1.Camarón: Aparato inmenso para tomar fotografías.
2.Polinesia: Mujer policía que no entiende razones. 3.Becerro: Observar una loma o colina. 4.Telepatía: Aparato de televisión para la hermana de mi madre, 5.Chinchilla: Auchenchia de un lugar donde chentarse. 6.Manifiesta: Fiesta de cacahuates. 7.Ondeando: Sinónimo de ondetoy. 8.Talento: Que no va tan rápido. 9. Sillón: Respuesta afirmativa de Yoko Ono a John Lennon. 10.Zaragoza: Lo que hace Sara si gana el premio mayor. 11.Endoscopio: Me preparo para los exámenes, pero en dos me copio. 12.Dilemas: Hablále más.
13.Bollo: Variante árabe de la gallina. 14.Consuelo: Alivio que tiene un paracaidista al tocar tierra. 15.Fundamental: Funda o turbante. 16.Inestable: Mesa norteamericana de Inés. No podía estar ausente Susy Díaz. ‘Creó un personaje que siempre parece ido y con esa licencia siempre regala a sus seguidores ocurrencias de doble sentido con sus famosas dietas’ (pag. 82) Dieta de la sandía: No lo hagas con tu tía. Dieta del panetón: Darse un buen atracón con un buen empujón. Dieta del estudiante: Darle hasta que aguante. Dieta de Susy Díaz: Todos los días. Dieta del ‘Mero Loco’: Hacerlo como un loco. Dieta de la cocina: Con la vecina. Dieta de la menestra: Te lo comes como pescado. Dieta de la Caperucita: Solo la cabecita.
El investigador toma el título de una entrañable vals ‘Anita’: Feliz seré/ Y entre tus brazos me enterneceré Y a los acordes de un modesto vals /La dicha eterna te la brindaré'. Para él nada de lo popular le es ajeno, disecciona con un bisturí de dos caras sopesando por un lado su sólido bagaje intelectual y, por el otro, su indispensable trabajo callejero, en todos los matices de la cultura popular, el rock, huaino, criollo, música urbana, las telenovelas, el cine, los memes, los cómicos ambulantes, vedettes, Nicomedes Santa Cruz, Chacalón, peleadores de lucha libre, entre otros íconos del imaginario popular contrastados con lecturas de Roland Barthes, Aristóteles, Freud, Malinowski o Levi-Strauss. Una visión furibunda de nosotros mismos y de nuestro entorno. Como si se guiara por una canción de Siniestro Total: ‘Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos’. Apago el televisor.