:quality(75)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elcomercio/c1eeebd8-da7f-493f-8a12-dccea650b356.png "Foto de El Búho")
Este Búho mira las imágenes del cinematográfico enfrentamiento a balazos entre los sanguinarios ‘Injertos del Centro’ y la Policía, en la Vía Expresa, y comprueba, una vez más, que la realidad muchas veces supera a la ficción. Se hicieron más de sesenta disparos y el saldo final fueron dos delincuentes muertos, uno capturado y tres valerosos policías heridos, entre ellos el coronel Juan Carlos Montúfar, quien fue alcanzado por un proyectil en la pierna izquierda, algo de lo que él no se dio cuenta por algunos minutos debido a la adrenalina del momento.
Esto me hizo recordar a la alucinante película ‘Fuego contra fuego’, del veterano director Michael Mann, en la que el teniente Vincent Hanna (Al Pacino), el avezado Neil McCauley (Robert De Niro), los ya fallecidos Val Kilmer, Tom Sizemore y otras estrellas desatan una guerra a balazos en las calles de Los Ángeles tras el asalto a un banco.
Lo de la noche del último miércoles en Lima fue algo parecido. Nuestros detectives, gracias a una muy profesional labor de inteligencia, seguían a una camioneta robada en la que iban tres hampones dedicados a la extorsión, asaltos, secuestros, tráfico de drogas y asesinatos.
Cuando estas lacras se dieron cuenta de que habían sido descubiertas, comenzaron a disparar a los agentes a la altura de Lince, sin importarles que en ese momento, alrededor de la 9:30 de la noche, era hora pico y había gran número de vehículos. Las fuerzas combinadas de la Policía se vieron obligadas a responder con sus armas, desatándose un infernal tiroteo. Varias personas que viven en los edificios aledaños y aún los que estaban en sus vehículos en medio del fuego cruzado, grabaron la balacera.
Los pistoleros no solo disparaban, sino que chocaron a varios carros para abrirse paso y poder escapar. Fueron rodeados por los agentes que actuaron con rigor, como exigen estos tiempos violentos, y los atraparon. Los apodados ‘Cuarto de pollo’ y ‘Moñongo’ fallecieron durante la madrugada en el hospital al que fueron llevados.
El tercer asaltante, ‘Kevin’, también fue herido, pero su vida no corre peligro. Los tres efectivos baleados fueron llevados al Hospital de la Policía donde se recuperan. El coronel Montúfar, en una cama a la espera de que le extraigan el proyectil de la pierna, dijo que aguardaba que los médicos lo atiendan para volver de inmediato a las calles a seguir combatiendo a los delincuentes.
VALIENTES POLICÍAS
Este columnista siempre ha criticado a los policías corruptos que cruzaron la línea y se pasaron al lado del mal. Pero también reconozco la valentía, eficiencia y el trabajo especializado de los buenos agentes que exponen su vida, y muchas veces la pierden, enfrentando a las lacras de nuestra sociedad.
Por eso, me molesta que haya gente malintencionada, con oscuros intereses, preocupada en descalificar cada vez que puede a la Policía Nacional, utilizando para ello el accionar de algunos malos efectivos. Generalizan, meten a buenos y malos en un mismo saco. Ya leo en las redes algunas estupideces como que el operativo fue ‘armani’. Deben ser los seguidores de Pedro Castillo.
No me sorprendería que ahora salgan algunos ‘preocupados’ por los derechos humanos de los delincuentes caídos en este tiroteo y comiencen a atacar a nuestros heroicos policías. Los sanguinarios hampones, acusados de perpetrar al menos una decena de delitos durante el último mes en diferentes distritos, son sindicados como los asesinos del suboficial Ángel Belleza Zapata, a quien acribillaron a sangre fría en el interior de un vehículo la noche del 12 de abril en Miraflores, cuando daba seguridad a un empresario.
Este esforzado policía ejercía dicha labor en sus días de franco para obtener un ingreso extra de manera honesta y así mantener a su familia. Debemos felicitar a los arrojados detectives que pusieron fuera de circulación a esta banda delincuencial y, además, vuelve a quedar demostrado que hacen falta más operativos de inteligencia para limpiar nuestras calles de tantos irrecuperables que matan sin piedad. Apago el televisor.
