Este Búho tiene a dos legendarias figuras de la literatura universal como sus escritores favoritos, aun antes de que obtuvieran la gloria de ganar el Premio Nobel: el peruano Mario Vargas Llosa y colombiano Gabriel García Márquez. Ahora, el periodista y escritor Jaime Bayly ya tiene lista para publicar en marzo una novela sobre la relación de ambos, que ya tiene título: ‘Dos genios’.
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La obra se centrará en su inicial e inquebrantable amistad, como aquel encuentro la mañana de setiembre de 1967, cuando los dos participaron en una conferencia sobre ‘Gabo’ en un atiborrado auditorio en la Universidad Nacional de Ingeniería. Y, por supuesto, la manera salvaje en la que estos dos ‘genios’, que se decían ‘hermanos’ entre sí, terminaron su amistad, rota por un furibundo ‘cross’ de derecha de Mario a Gabriel en 1976, en México. Golpe propinado ante los asistentes al ‘avant premiere’ de la película ‘Sobreviviendo en los Andes’.
Esa rivalidad hizo que Vargas Llosa llamara a García Márquez ‘cortesano de Fidel Castro’ por considerar que apoyaba a la dictadura comunista en Cuba. Pero del incidente en México, ninguno de los dos dijo una palabra sobre los motivos. Fue un ‘pacto tácito’, como lo definió el peruano a la muerte de ‘Gabo’, que este cumplió fielmente. Y el arequipeño, al parecer, también cumplirá. ‘Eso se lo dejaremos a nuestros biógrafos’, dijo. Como prueba de la admiración que le tuvo un día al colombiano, unos años antes del famoso puñetazo, Mario escribió un ensayo considerado como ‘el mejor libro que un escritor puede escribir sobre otro escritor’, que se titula ‘García Márquez: Historia de un deicidio’, donde diserta sobre su obra y su persona.
Ya fallecido el escritor de Aracataca, a raíz de las celebraciones por el medio siglo de la publicación de ‘Cien años de soledad’, Vargas Llosa accedió a asistir a la Universidad Complutense para someterse a una entrevista con el ensayista colombiano Carlos Granés. Allí reveló detalles no conocidos de su amistad con el escritor. Todos pensaban que se conocieron en el aeropuerto de Caracas, en agosto de 1967, donde el colombiano fue a recibir al peruano, que arribaba para recoger el premio literario ‘Rómulo Gallegos’. Pero ese fue el primer encuentro de carne y hueso, el primer abrazo físico.
‘Descubrí a Gabriel García Márquez antes, a principios de los sesenta, cuando trabajaba en la Radio Televisión Francesa, en un programa literario. De esa manera lo conocí. Alguien nos puso en contacto y empezamos a tener una correspondencia muy intensa, mediante la que nos hicimos amigos sin vernos’, reveló ‘Varguitas’. Tan intensa fue la amistad, que después de encontrarse en Caracas viajaron a Lima y dieron la recordada conferencia en la UNI. El mistiano bautizó a su segundo hijo Gonzalo y nombró padrinos a ‘Gabo’ y su esposa Mercedes. Luego el autor de ‘La ciudad y los perros’ se mudó con su familia a Barcelona, donde vivía a pocas cuadras de la casa de Gabriel.
Por lo menos hasta 1976, a diez años de aquel abrazo en el aeropuerto de Maiquetía, en Caracas, hasta que la amistad terminó de un puñetazo. ‘Gabo’ nunca se lo esperó, pues fue a su encuentro extendiendo los brazos con una amplia sonrisa. Lo que recibió fue un furibundo golpe que lo hizo caer de bruces. Su foto con el ojo morado quedó para la posteridad. Sobre lo que le dijo al pegarle la trompada hay dos versiones que, aunque semejantes, se diferencian en una palabrita pequeña pero importante: ‘Por lo que le DIJISTE a Patricia’ y ‘por lo que le HICISTE a Patricia’. El colombiano Fernando Jaramillo, estudioso de la vida y obra de su paisano, publicó una versión de los hechos.
Sostuvo que en esos días el escritor peruano andaba ‘con la cabeza caliente’ por ‘una corista’ y se había ‘fugado’ a Nueva York -otra versión dice que ‘Marito’ se ‘fugó’ pero con una aeromoza sueca-. Una atribulada Patricia encontró en el matrimonio de Gabriel y Mercedes su ‘paño de lágrimas’, pues se hallaba sola en Barcelona con sus dos hijos pequeñitos. En esas circunstancias, Gabriel García Márquez le habría aconsejado que lo mejor era el divorcio. Pero otras versiones más malévolas afirman que ante la traición del escritor a su joven y guapa esposa, el colombiano quiso no solo ser ‘su paño de lágrimas’, sino también ‘tirar maicito’ con la conocida fogosidad caribeña. De ahí la furia del arequipeño. Ahora que Vargas Llosa ‘está en la pomada’ por su separación de Isabel Preysler, el ‘Tío terrible’ Bayly amenaza, según él, con revelar ‘la verdad’ del legendario episodio. Como diría su vecina Cristina Saralegui: ¿Seráaaaa cierto esooooo? Apago el televisor.
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