Este Búho se levantó, vio las redes sociales y leyó una noticia que lo dejó consternado. Murió el cineasta peruano . Fue encontrado sin vida en su habitación alquilada en Villa María del Triunfo. Creo que la mejor forma de rendirle homenaje es recordar sus películas.

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Con estudios de cine en Moscú, debutó con el buen largometraje policial político ‘Abisa a los compañeros’ (1980), al que siguieron la comedia ‘Todos somos estrellas’ (1993) y la taquillera ‘Ciudad de M’ (2000). Después de veinte años detrás de las cámaras, inició en el 2004 una nueva etapa con la creación de una productora que se dedicó realizar documentales de caracter social.

‘Ello me dio la posibilidad de tocar temas que me interesan sin tener que pensar en el éxito de taquilla, una libertad que no te da un producto comercial’, sostenía.

En el Festival de Chicago presentó ‘Peces de ciudad’ (2007), que retrataba la discriminación limeña de jóvenes provincianos que emigran en busca de una mejoría. Siguió ‘Chungui: Horror sin lágrimas’ (2009), ‘Traslatina’ (2010) y finalmente ‘No hay lugar más diverso’ (2012). En el 2011 recibió un golpe del que nunca pudo recuperarse: la muerte de su hermano, el entrañable antropólogo Carlos Iván Degregori.

Este columnista trabajó con Carlos Iván y el escritor Oscar Malca en 1987, en una revista que ahora yace en el ‘cementerio de papel’, y fue testigo de la indisoluble relación de Felipe y su hermano mayor. Tras su deceso, el cineasta entró en un prolongado periodo de depresión del que no pudo recuperarse. Se autoexilió en un pequeño piso en el Rímac, alejado de su mundo profesional, rodeado de una decena de cajas sin abrir, que le había legado su hermano al morir.

Allí lo encontró la cineasta Patricia Wiesse Risso, quien le propuso hacerle un reportaje. Pero el resultado final fue ‘Todos somos estrellas’ (2017), un documental que nos embarca en un increíble viaje a las profundidades de quien se confesó cineasta frustrado, devastado por la ausencia de su hermano y por las mareas de su sexualidad.

Y mientras abría la caja de pandora de sus emociones, también iba abriendo las cajas selladas, acumuladas en el tiempo, en la que Degregori y los espectadores nos encontraríamos con muchas sorpresas. A manera de homenaje, reseñamos tres de sus películas más recordadas.

LAS PELÍCULAS MÁS RECORDADAS DE FELIPE DEGREGORI

′ABISA A LOS COMPAÑEROS’ (1980). Su ópera prima basada en la novela ‘Abisa a los compañeros, pronto’, de . La historia nos muestra un hecho real. El asalto al Banco de Crédito de Miraflores en 1962, ejecutado por una célula troskista conformada por peruanos y extranjeros comandados por el ‘Che’ Pereyra (Orlando Sacha) con el objetivo de financiar una guerrilla.

Las violentas escenas de balaceras, fugas y hasta quema de un patrullero llenaron las salas del país. Junto con Francisco Lombardi, Degregori se colocó a la vanguardia del nuevo cine nacional.

′TODOS SOMOS ESTRELLAS’ (1993). Una hilarante y corrosiva crítica a la manipulación que los programas concurso de televisión someten a las grandes masas adictas a ellos. En la ficción, ‘Todos somos estrellas’ es el nombre del programa que premia a una familia peruana para cenar en casa de la conductora Mery (Mariella Balbi).

Los Huambachano, como miles de familias, no se pierden un programa, soñando en comer con Mery y ganar el millón de dólares del premio mayor. El director reunió a un elenco de lujo encabezado por Milena Alva, Gustavo Bueno, Katia Condos, Élide Brero, Hernán Romero, Rebeca Ráez y Julián Legaspi. Fue premiada con el ‘Círculo Precolombino de Oro’ a la mejor película en el Festival de Cine de Bogotá.

′CIUDAD DE M’ (2000). Adaptación de la novela de culto ‘Al final de la calle’, de Oscar Malca, con un guion de la poeta Giovanna Pollarolo. Degregori escogió a una constelación de actores juveniles para dar vida a ‘M’ (Santiago Magill) y su collera de transgresores ‘lagartazos’ de ciudad: ‘Pacho’ (), ‘Coyote’ (Pelo Madueño), ‘Caníbal’ (Pierre Linares) y sus musas Sandra (Gianella Neyra) y Silvana (Vanessa Robbiano).

Pese a ser su filme más taquillero, el director expresó: ‘Sentí un agotamiento por tener que pensar, lamentablemente, en que la película tenía que ser un exito comercial’. Descansa en paz, Felipe. Apago el televisor.

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