Este Búho analiza las cifras del simulacro de votación -con cédula y ánfora secreta- de Ipsos publicado ayer en El Comercio y queda en evidencia que la diferencia de veinte puntos que separaba a Pedro Castillo de Keiko Fujimori a principios de abril se ha reducido a solo dos: 51.1. % Castillo - 48.9 % Fujimori. En términos estadísticos, es un virtual empate técnico por los márgenes de error. La muestra presenta a una Keiko subiendo en todos los sectores: supera a su rival en el decisivo norte, la región más poblada del país después de Lima. Más que un espectacular giro de campaña de la candidata naranja, la remontada se produce por los clamorosos errores del candidato del lápiz.
Por ejemplo, cuando exigió a debatir en su ‘cancha’, Chota, pensando que la candidata iba a rehuír pero asistió, y su desempeño y esa actitud decidida la hizo subir en las encuestas. Pero el chotano no escarmentó y mientras sus representantes evitaban los pedidos del Jurado Electoral para que pusieran fecha y lugar a los debates oficiales, Pedro volvía a proponer el local para otro debate, el penal Santa Mónica, pensando en un rechazo salvador. Otra vez le aceptaron el capricho y eludió el encuentro. Mala jugada para él. La opinión pública tomó esas actitudes como las de un candidato improvisado y poco serio, que rehúye la confrontación de ideas y no acepta entrevistas. Tiene pavor de ir a un set de televisión. ¿Así pretende llegar a la presidencia? Eso, definitivamente, le hizo perder votos en el sondeo, donde vemos que los indecisos, al parecer, están optando por la candidata rival.
Pero el punto más flaco del lápiz es que, a tres semanas de los comicios, no tiene un equipo técnico. Argumentó razones dudosas: ‘No los presento porque después los terruquean’, ‘no tengo equipo porque eso es parte del pasado y origina una repartija’. También había anunciado que el último sábado en La Victoria iba a presentar su reclamado ‘plan de gobierno’, pero no lo hizo. Según versiones de la interna del candidato, se estaría produciendo una soterrada confrontación en Perú Libre, que lidera Vladimir Cerrón, y el sector magisterial que representa Castillo. Cerrón insiste en mantener su plan primigenio ‘marxista-leninista-mariateguista’, de corte radical y estatizante. Pero también existe ‘El plan 200’, elaborado por Miguel Castillo, hijo del aprista Jorge del Castillo, quien asegura que participaron el candidato presidencial y su entorno. El hijo del ‘tío George’ dijo que el de Cerrón es un ‘ideario’ y no un plan. Aunque algunos sostienen que es una copia del plan ‘Bolívar’ chavista. Y un tercer programa más ‘soft’ entraría a tallar en contraposición a los anteriores, el que ‘cocinan’ los técnicos de Juntos por el Perú de Verónika Mendoza, con el economista Pedro Francke a la cabeza. Esta falta de definición de un programa para presentarlo públicamente sería el real motivo por el cual el profesor habría rehuido los debates con su contrincante. Pero son las declaraciones del secretario de organización de Perú Libre, Arturo Alegre, del ‘circulo íntimo’ de Cerrón, las que pueden encender la pradera. El dirigente aseguró tajantemente en una entrevista con el portal ‘Sudaca’, que el programa definitivo que presentará el candidato de Peru Libre será el ideario de Vladimir Cerrón, ‘pero fortalecido’ y afinado.
‘Este nuevo texto -asegura- se denomina ‘Plan Bicentenario, Perú libre de corrupción’ y se reafirma en su carácter ‘marxista-leninista- mariateguista’. Y anunció que insistirán en convocar a una asamblea constituyente. ‘Los gobiernos de Evo y Correa son nuestra inspiración, son un ejemplo para tener un Estado regulador del mercado’. Pero eso no es todo. Alegre anuncia que el plan contempla ‘nacionalizar nuestros recursos estratégicos, también vamos a recuperar nuestras 228 empresas que el fujimorismo confiscó y expropió al pueblo peruano como Solgas, puerto de Matarani, Shougang (Hierro Perú), Enafer (Empresa Nacional de Ferrocarriles), los aeropuertos y las carreteras. Se renegociará con Telefónica, vamos a recuperar las telecomunicaciones (...) la luz y el agua que están monopolizados. Los monopolios también están en los medios de comunicación, en el cemento’. ¿Ese plan es bueno para el Perú en plena crisis económica y sanitaria? Me quedé corto. Mañana continúo.
Apago el televisor.