Este Búho pensaba que no podía haber un debate más anodino que el que vimos el martes con De Soto–Ollanta. El de ayer nos ‘sacó del cuadro’ y vimos a un irreconocible ‘Porky’ y a un expositor con ametralladora.
¿Qué pasó? ¿Afectará la participación de cada uno en sus opciones para ser el próximo presidente del Perú? Aquí, lo que muchos esperan. Empecemos.
Llegó al debate con cierta confianza, conocedor que se mantiene en el primer lugar, según diversas encuestas. El puneño prefirió evitar caer en ‘bloopers’, pretendió abonar la polémica y brindó sus propuestas comunes, las de siempre, sin ‘pisar el palito’ ante las agresiones y ataques de un desaforado Rafael Santos. Pero aún nada está definido.
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La decepción de la noche. El millonario, que fue protagonista durante toda la campaña, terminó literalmente como el dicho: ‘carrera de caballos, parada de borricos’.
Los espectadores se preguntaban dónde quedó el profesional preparado y exitoso viendo cómo se la pasó, como un infante, leyendo sus alternativas y todavía mal expuestas. Balbuceando. Propuestas que no marcaron la diferencia y que parecían más de lo mismo, solo que añadía ‘participación de voluntarios’, a lo que alguien lo confrontó: ‘No seas explotador y paga a los voluntarios’.
Parecía un elefante metido en una tienda de adornos de cristal, temeroso de dar un paso y romperlo todo. Prefirió quedar como uno más y esperar que el exalcalde de Pueblo Libre, Santos, mordiera a sus ‘enemigos’ Lescano, Salaverry y Julio Guzmán.
Sorprendió la preparación del ‘morado’, y su mejor momento fue cuando confrontó a López Aliaga luego de que este pretendió hacer ‘un homenaje a la mujer’, después que durante la semana se había encargado de ofender y maltratar a distintas damas, incluida la periodista Mónica Delta. A Guzmán se le notó preparado y con el aplomo de quien sabe que no tiene nada que perder.
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A diferencia de los debates anteriores, aquí se desnudó una siniestra alianza entre este candidato y ‘Porky’, tocándole al primero el vergonzante papel de hacer el trabajo sucio para tirar literalmente barro con ventilador al puneño, a Salaverry y a Guzmán. Se olvidó de presentar sus propuestas y solo quiso destruir las alternativas de los otros participantes con la intención, más que evidente, de favorecer al líder de Renovación Popular. Otros que se coman el cuento.
Fue conmovedor verlo en vivo a pesar de sufrir las secuelas del maldito virus. Y hay que resaltar que se mostró preparado, memorizando sus ideas y expresándolas en quechua y español.
Sabía que iba a recibir fuego graneado por su relación con el expresidente y candidato para congresista Martín Vizcarra. Intentó amagar los ataques presentando sus propuestas ante los distintos temas. Sobre todo el de ‘Porky’. Pero fue hostigado por un ‘gatillero’ metido a candidato. Apago el televisor.
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