Este Búho ya no va a opinar sobre el indulto, sino sobre la salida relámpago de Alberto Fujimori de la clínica Centenario. Lo que mis lectores me piden es comentar sobre un escandaloso hecho: el de un reo indultado de ‘manera humanitaria’ y que sin haber transcurrido siquiera un par de semanas, se va muy campante a una lujosa residencia en el distrito más exclusivo de Lima, como La Molina.
El alquiler mensual de esa mansión de casi dos mil metros cuadrados cuesta 5 mil dólares y el médico de Alberto Fujimori, Alejandro Aguinaga, dijo que será pagado por ‘un grupo de amigos’. Esa ostentación más parece una burla, cuando el expresidente nunca pagó un céntimo de los más de 51 millones de soles de reparación civil que se le fijaron hace varios años para las víctimas y el Estado.
A este Búho, el mejor fotógrafo periodístico de la historia peruana, Carlos ‘Chino’ Domínguez, le dijo en su cara: “Flaquito, una foto vale más que mil palabras”. Por eso debo decir que la fotografía publicada por la mismísima Keiko Fujimori, en la residencia de La Molina, a solo minutos de la salida de su padre, en la que aparece posicionada a la derecha de este y Kenji a la izquierda, demostraba que Alberto sigue siendo el líder, porque no está enfermo como la legalidad obligaba para ser dejado en libertad. Nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa, entrevistado en Uruguay, fue muy duro con el presidente Kuczynski por el indulto que concedió. Lo trató de ‘rehén’ y ‘caballo de Troya para el regreso del fujimorismo al poder’. Pero ni el genio de las ficciones y la novela imaginó que solo horas después Alberto Fujimori y Kenji se irían sonrientes a casa, muy frescos, en un camionetón que más parecía un tanque.
El que fuera dueño del perro ‘Puñete’ tuvo el desparpajo de colgar en las redes sociales una imagen de ambos en el interior del vehículo. Creo, sinceramente, que todas esas cosas enardecen más a las víctimas del grupo Colina y de otros crímenes que, además, tendrán que ver dentro de poco que a Alberto Fujimori el Estado le dará un vehículo para que se movilice, chofer, gasolina, seguridad personal y una pensión vitalicia de unos 15 mil soles mensuales. Ahora, políticamente Keiko será señalada como la hija castigada. Pero ella, como buena japonesa, aceptará las órdenes de su papá ‘emperador’. Y el ‘Chino’ va a jugar con ella y Kenji como si fueran piezas en el tablero de ajedrez.
Definitivamente, la salida de Alberto Fujimori de prisión le quita fuerza y espacio a Keiko, que en los últimos años se había acostumbrado a ser reina y señora de su partido. Este periodista sabe, además, que la guillotina en tienda naranja caerá para asesores y congresistas que no solo no apoyaron, sino que hasta pusieron obstáculos desde hace tiempo a la salida del ‘Chino’.
Y nadie me va a decir que el papi de Kenji salió solo para dedicarse ‘a disfrutar de su familia, sus nietos y sus plantitas’, como algún fujimorista keikista dijo. Este Búho habrá nacido de noche, pero no anoche. El excongresista Daniel Abugattás señaló: “Hay que reconocerlo. Alberto Fujimori es el líder político con mayor fuerza en el Perú, nos guste o no nos guste. Lo que ha creado Kuczynski es a un personaje político que tiene todo. Tiene todos los recursos del mundo y todo el mundo está pendiente de lo que dice. No hay líder político que pueda capitalizar la atención mediática y popular”. Pobre PPK. Que asuma las consecuencias de sus actos. Pero lo que a mí más me preocupa es la gobernabilidad del país. Yo creo que esa foto de Keiko, Alberto y Kenji, en su lujoso hogar, marcará un hito en la historia universal de la infamia. Apago el televisor.