Del saque somos carnecita... Hoy toca rezar, rezar y rezar. Nos abrazamos a un milagro y punto. En lo deportivo y futbolístico es imposible. Y ‘accidentes’ hay en un campo. El salvavidas es un sheriff, de Pochito Dulanto, dando el golpe al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Una cosa así. Y yo sería más práctico. El BUS-BUQUE de Buenos Aires que traslada a la gente a Montevideo lo necesito por partida doble. Para cuadrarlo en el arco de Pedro Gallese y también para que lo recoja al viejito y se lo lleve sin retorno a su país. Si se da la lógica, ya no sirve para ni mela el ‘Nono’. Si viene a Lima corre el riesgo que le dé un patatús, que se le baje la presión o le zapatee el ‘bobo’. La crítica será despiadada. Mejor se encierra con sus nietos y recibe harto amor y la Navidad con el arbolito repleto de regalos. Sí, señores...
“Bombardero, robamos algo en Argentina”, me preguntan los vagos de mi barrio en el Callao. Yo les respondo: “Seguro que iPhone, carteras y relojes los malandros”. A mí no me vengan con eso de que tengo un bonito presentimiento. Esas son hueveras. La realidad es una y ya me cansé de soñar despierto. Tampoco me chambeen que debo dejar la puerta abierta por si logramos un empate o triunfo. En esa Bombonera en el 2017 con el mejor Paolo, ‘Foquita’, ‘Mudo’ Rodríguez, Trauco, Tapia, Aquino y otros nos dieron un baile y todos se pusieron la chompa de arquero, qué nos espera ahora con la campeona del mundo. Por eso, calmaditos nos vemos más bonitos. Curuju...
Me pongo en la piel del seleccionado y me imagino que dormirá inquieto. La tarea esta noche es peligrosa, porque podemos hacer el ridículo si no nos paramos bien. El ‘León’ tiene que repetir lo de siempre cuando choca con Messi y compañía. Impasable, firme, irreverente, malcriado. Hay que sacarlos del partido. Que vayan al otro extremo. Ellos son fosforitos y agrandados por naturaleza... Que entren al roce, discusión y vuelen. Allí ganaremos minutos. Todo lo que sume será bienvenido. Pero mientras menos juguemos será la cereza para el equipo. Ratoneo al mango. Esta vez lo amerita. He decidido no renegar ni hacer bilis. Que el dolor sea en una y no al final, por favor. Ayayayayyyy....
Yo amo a mi Perú. Pero entiendo que la solución no la tienen los jugadores ni tampoco su entrenador. Y menos los hinchas. Esto es cuestión de que los dioses se unan y nos marquen el camino. Igual voy a sintonizar mi canal de transmisión para sufrir igual que todos. El dolor es menor. Que se apague la luz de una vez por todas. Y si brillamos en la oscuridad, sabremos que la Bombonera es nuestro templo, iglesia. A los muchachos, una palmada en el hombro y recuerden cuando la rompían en los potreros. Quizás eso ayude a competir. Nadie cree, solo ustedes. Que el Señor les dé la razón... Me voy, soy fuga.
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