Este Búho se ve obligado a comentar una ruptura verdadera, de dos estrellas del espectáculo, de dos grandes artistas de Hollywood como y , la pareja ícono de la verdadera meca del cine y no del ‘Chollywood’ de Carloncho y Rosángela. ¿Por qué ha causado tanta conmoción esta separación? El 15 de setiembre Angelina planteó el divorcio por ‘razones irreconciliables’. Hace catorce años, ambos hicieron público su amor, a partir de una infidelidad de Brad estaba ‘felizmente’ casado con Jennifer Aniston y tenían un matrimonio de cinco años y pese a que pocos creían que esa relación duraría, ellos no solo se consolidaron como la pareja más estable de ‘la meca del cine’, sino también adoptaron niños abandonados de países del tercer mundo y tuvieron tres propios.

Además, Angelina Jolie y Brad Pitt consolidaron una carrera que los catapultó como megaestrellas. Angelina, la hija del gran Jon Voight, se destapó como una notable directora. Pero no hay parejas perfectas en Hollywood. Las hay muy duraderas, Robert Redford y Lola van Wagenen, Melanie Griffith y Antonio Banderas, pero al final sucumbieron ante los bichitos de la infidelidad y el cansancio. Brad, según el suplemento rosa del prestigioso ‘New York Post’, mantuvo una relación con la actriz francesa Marion Cotillard, con quien acaba de filmar ‘Aliados’, cinta que trata sobre la Segunda Guerra Mundial. Para colmo, la europea está casada con el actor Guillaume Canet, tienen un hijo de cinco años y actualmente espera un segundo bebé. Angelina consideró a su esposo como el título de una de sus películas más exitosa, ‘Bastardos sin gloria’, y contrató un detective privado que habría confirmado la infidelidad.

Por eso, su pedido al juez es devastador: lo acusa de drogadicto, que fumaba sustancias delante de sus hijos y pide la custodia de sus seis niños. Los 500 millones de dólares que han facturado juntos, según un acuerdo prenupcial firmado hace dos años, cuando se casaron por civil, deberán repartírselos por partes iguales. La pareja, hace unos años, pasó por una situación muy crítica. Angelina Jolie bajó 40 kilos, se refugió en su casa, no quería salir ni comer. Rechazaba papeles de Hollywood. Brad Pitt contó todo eso en una conmovedora carta. Y allí confesaba que antes de perderla y plantearle el divorcio, se dedicó ‘en cuerpo y alma’ a ella. “Le mandaba regalos, hablaba de ella con mis amigos, la llevaba de paseo, la engreía”. Según el actor, ella renació como una flor.

Volvió a verse bella y a amarlo aún más. Y terminaba la carta pública textualmente: “Yo no tenía ni idea que ella pudiera amar tanto y entonces me di cuenta de una cosa. La mujer es la reflexión de su hombre, si la amas hasta el punto de la locura, ella se vuelve locura”. Punto para él. Solo me queda recordar dos de las mejores películas que estelarizaron estos dos actorazos:

SE7EN ‘PECADOS CAPITALES’: Obra maestra de David Fincher de 1995. Brad Pitt encarna al novato detective David Mills, que es asignado para trabajar con un veterano agente, William R. Somerset (notable Morgan Freeman). La vida de Mills transcurre con su tierna esposa Mrs. Mills (Gwyneth Paltrow) que está esperando un bebé. Pero un asesino en serie viene cometiendo crímenes horrendos, que están relacionados con los siete pecados capitales. La gula, ira, avaricia, envidia, pereza, soberbia, lujuria. Un psycothriller apasionante. Cuando faltan dos asesinatos más con los pecados pendientes, la envidia y la ira, el asesino en serie, John Doe (impecable Kevin Spacey), suceden cosas que derrumban a los detectives. Un final que no puedo revelar, con una actuación de Pitt para sacarse el sombrero.

‘EL INTERCAMBIO’ (2008): De la mano de un director de polendas, Clint Eastwood, Angelina Jolie protagoniza un drama de la vida real. Sucedió en el año 1928, en la ciudad de Los Ángeles. Una supervisora de la compañía de teléfonos, Christine Collins (Jolie), es madre soltera de un niño de nueve años. Una tarde al llegar de su trabajo, comprueba que el niño ha desaparecido. Hace la denuncia a la policía y el caso es noticia de primera plana. A los cinco meses, el capitán a cargo del caso convoca a una conferencia para entregarle su hijo a la desesperada madre. Pero al verlo ¡¡Christine grita que no es su hijo, es otro niño!! El infante repite que se llama Walter y le ruega ‘¡¡Mamá, no me niegues!!’ Se ve obligada a vivir con el extraño. La actuación de una mamá desesperada y engañada por la policía es admirable. Porque al reclamar, el mal agente mete a la madre en un manicomio donde le aplican electroshock. Si alguien dudaba de la capacidad interpretativa y dramática de la joven de los labios gruesos al ver ‘El intercambio’ tendrá que pedirle disculpas. Apago el televisor.

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