La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, publicó fotos del encuentro entre el ahora secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, la pasada Semana Santa en Corea del Norte.
Las dos fotos publicadas por Sanders en su cuenta de Twitter muestran a Pompeo, que entonces era el director de la CIA, estrechando la mano de Kim Jong-un, en una ocasión mirando a las cámaras y en otra mirándose a los ojos.
"Es genial tener confirmado al secretario de Estado Pompeo. Hará un trabajo excelente ayudando a @POTUS (el presidente Donald Trump) a liderar nuestros esfuerzos para desnuclearizar la península norcoreana", escribió Sanders.
Corea del Norte anunció recientemente que clausurará su instalación de pruebas nucleares y que suspenderá sus pruebas de misiles balísticos intercontinentales, mientras que Kim Jong-un ha indicado que estaría dispuesto a dialogar sobre la desnuclearización. Eso marca un agudo contraste con las tensiones de meses recientes cuando, a pesar de severas sanciones económicas y una opinión pública mundial adversa, Corea del Norte realizó una prueba misilística tras otra.
Sin embargo, abundan las incógnitas sobre si Kim Jong-un realmente está dispuesto a abandonar las armas nucleares y qué pedirá a cambio. Su régimen ya está cerca de tener la capacidad de lanzar misiles contra territorio continental estadounidense, lo que considera necesario para defenderse de cualquier posible agresión norteamericana o intento de derrocarlo.
Donald Trump, quien suele acusar a sus predecesores de no hacer lo suficiente para mitigar la amenaza norcoreana, asegura que la única concesión que hizo fue aceptar reunirse con Kim Jong-un en lo que sería el primer encuentro entre un presidente estadounidense y un gobernante norcoreano en casi seis décadas de hostilidad.
Hay quienes opinan que Kim Jong-un quiere usar la cumbre para proyectar una imagen de estadista internacional y para legitimar el status de Corea del Norte como potencia nuclear.
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