En la noche del 9 de agosto, en Quito, fue asesinado Fernando Villavicencio, quien previamente había expuesto actos de corrupción tanto en su rol como periodista como durante su tiempo como legislador. El crimen se llevó a cabo mediante un ataque tipo sicariato.
Originario de Sevilla, ubicado en el cantón Alausí en Chimborazo, Fernando Villavicencio experimentó una infancia marcada por la escasez. A la edad de 13 años, su familia se trasladó a la ciudad de Quito.
Siendo el primogénito entre seis hermanos, Fernando se encontraba inmerso en una rutina en la que asistía a clases nocturnas y desempeñaba labores diurnas. En una conversación con EL UNIVERSO, recordó haber trabajado en diversos oficios como limpiar pescado y mariscos, ejercer de camarero y ocuparse de acomodar sillas.
Desde su adolescencia, cultivaba un profundo interés por la literatura y la poesía. Durante ese periodo de su vida, afirma que sus inclinaciones políticas de izquierda comenzaron a tomar forma al absorber una considerable carga ideológica y política proveniente de los 17 libros que leyó acerca de la historia de Simón Bolívar. Estos libros eran necesarios para su participación en un torneo de oratoria intercolegial, en el cual obtuvo el segundo puesto.
Hasta hace un par de meses, Villavicencio ejerció como legislador y lideró la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional (2021-2023). Durante este período, elaboró un total de 24 informes, destacando uno relacionado con la planta hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. En este informe, recomendó al actual Gobierno que no aceptara la central debido a sus defectos estructurales, que comprendían un total de 17.499 fisuras. A lo largo de su tiempo en el poder legislativo, se vio involucrado en varios enfrentamientos con grupos de oposición y con el Gobierno.
En un reporte adicional sobre Petrochina, Fernando Villavicencio desveló que se había concedido la aprobación para la contratación de líneas de crédito con intereses excesivos, lo cual impactó negativamente en el valor del petróleo y, supuestamente, resultó en un perjuicio estimado de alrededor de $5.000 millones durante un período de diez años.
Igualmente, afirmaba haber presentado una denuncia sobre lo que se conoce como el caso León de Troya, una pesquisa vinculada a la mafia albanesa con relación al cuñado del presidente Guillermo Lasso, Danilo Carrera.
Paralelamente, en los registros judiciales se encuentra una acusación contra Villavicencio por “omisión de denuncia”, aunque no se disponen de detalles más amplios acerca del progreso de dicho proceso, lo cual el candidato desconoce. El mismo expresó: “Recién me entero, pero ¿qué omisión? Si fui yo quien denunció”.
Durante su período como presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, Villavicencio enfrentó críticas por parte de diversos partidos políticos que lo señalaron como un “defensor” del Gobierno en funciones.
Una de las iniciativas presentes en el programa gubernamental de Villavicencio consistía en la implementación del Plan Nacional Antiterrorista, el cual se basaba en la tarea de reconocer las organizaciones más amenazantes operando en el país: tráfico de drogas, minería ilegal, corrupción y sobornos, que se encuentran interconectadas y relacionadas con la esfera política, con el propósito de combatirlas.
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