Con las altas temperaturas es crucial recordar la importancia de mantener a los niños bien hidratados. El calor intenso puede aumentar el riesgo de deshidratación, ya que los más pequeños de la casa son más propensos a perder líquidos a través del sudor debido a la actividad física.
“La deshidratación puede provocar desde dolores de cabeza, fatiga e irritabilidad hasta mareos e incluso golpes de calor en los chicos. Por eso, la cantidad diaria de agua que deben consumir variará en función de la edad y el género. Los niños entre 9 y 13 años deben tomar unos 2 litros y las niñas 1.9 litros”, indicó la doctora Katherine Gómez, gestora de riesgos en salud de Rímac.
Además, los niños deben consumir frutas y verduras ricas en agua, como sandía, melón y pepino, ya que ayudarán a mantener los niveles adecuados de hidratación. También si tus hijos salen a pasear o a algún taller de verano, no olvides enviarles un frasco con agua o limonada para que puedan hidratarse cuando sea necesario.
Para los bebés
En el caso de los bebés, los expertos de la Fundación Baltazar y Nicolás señalan que si aún toman pecho es importante incrementar la ingesta de leche materna, y si se nota que hay sed o signos de ello, se le puede ofrecer más veces el pecho de mamá. Si el niño ya no se encuentra amamantando, ofrécele agua no azucarada. Evita las gaseosas y jugos envasados.
Datito
Según Senamhi, febrero será el mes más caluroso a nivel nacional, con temperaturas que sobrepasarán los 30°C. Por eso protege a tu hijo con bloqueador solar, sombrero de ala ancha y ropa holgada de tonos claros.
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