Cuando al fin logramos acceder a un puesto de trabajo, nos empeñamos por dar lo mejor de nosotros y hacemos todo lo posible, e incluso hasta lo imposible, para cumplir las metas que se ha trazado la organización. Y al final de mes vemos que nuestro esfuerzo valió la pena.
Así pasan los meses y años en los que nos mostramos muy productivos con las labores que nos encomiendan; sin embargo, pensamos que pese a todo lo mejor que damos, esto no se ve reflejado en nuestro salario.
Debido a esta situación, nos armamos de valor para ir con nuestro jefe y pedirle un aumento, y aunque seamos conscientes de que lo merecemos, ciertas dudas rondan nuestra cabeza que nos hacen frenar justo cuando nos estamos dirigiendo a él.
¿Qué hacer en ese momento? Si nos dejamos dominar por el miedo, jamás obtendremos ese incremento que tanto hemos esperado, pero si vamos y no tenemos los argumentos para decirle por qué debería subirnos el sueldo, estaremos perdidos.
Pensando en estas personas, el portal Entrepreneur publicó un artículo en la que da a conocer 10 reglas de persuasión para lograr ese aumento que tanto hemos soñado.
Una vez que estés con tu jefe, míralo y dile muy seguro de lo que requieres, si expresas con certeza una actitud, esta se verá fortalecida. Caso contrario sucede si vas con miedo, pues generarás incertidumbre en tu pedido.
Quizá el estar solo delante de tu jefe para negociar tu salario te hará ver como alguien insignificante, pero no es así. Tú puedes llegar a influir en él, siempre y cuando estés seguro de lo que vas a decir y tus palabras sean efectivas.
Es conocida por romper deliberadamente una de las cuatro máximas conversacionales:
Cuando uno va a conversar sobre un tema delicado como es el sueldo, este puede ser influenciado por estímulos que afectan la forma cómo diremos las cosas, por lo que debemos apoyar nuestros pensamientos e ideas en acciones concretas. Acá lo que tenemos que hacer es cambiar la mentalidad.
Para hacer ver que la reciprocidad implica devolver favores hechos por otros, lo ideal es hacerle notar a tu jefe o con quien estés tratando este tema, que desde que llegaste a la empresa siempre alcanzaste la meta que te trazaron, por lo que un aliciente para ti sería un incremento de sueldo, pues consideras que te lo mereces.
Si estás decidido a pedir un aumento, no dilates más el tiempo y ve hacia la oficina de tu jefe para planteárselo. No esperes a mañana, pues podría pasar algo inesperado o quizá alguien ya fue a solicitarlo y fue aceptado, por lo que el presupuesto para ti no alcanza. Aquí se te vendrá a la mente el pensamiento de que “querrás lo que escasea”.
Si empiezas a hablar convencido y vas poco a poco diciéndole por qué te mereces ese incremento, tu mensaje será bien recibido. No vayas a la carga con todo.
Para lograr ese incremento de sueldo, tu trabajo no solo será percibido por tus superiores, sino por tus compañeros, quienes podrán respaldar o no que las labores que cumpliste se ejecutaron a cabalidad. Es decir, si le dices a tu jefe que mereces un alza de salario, ellos podrán corroborarlo dirigiéndose a tus colegas y preguntarles.
Lo importante aquí es que el discurso que emitas sea persuasivo, para ello deberás decir un mensaje creíble y atractivo, el cual deberá estar acompañado de resultados, para convencer de que estás pidiendo lo justo.
El portal señala que ciertas palabras tienen más poder que otras, por ello divide las palabras persuasivas en tres categorías:
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