Cientos de personas expresaron su indignación a través de redes sociales, luego de que el premier Aníbal Torres cuestionara no solo el trabajo desempeñado por la periodista y presentadora de ‘Cuarto Poder’, Sol Carreño, sino que la calificara como “mala madre, mala esposa y mala hija”.
Instituciones como Flora Tristán, la Sociedad Nacional de Radio y Televisión, personajes como la historiadora Carmen MacVoy, la escritora Rocío Silva Santiesteban, las congresistas Patricia Chirinos y Susel Paredes, las periodistas Pamela Vertiz y Mónica Delta se pronunciaron en contra de las declaraciones del premier.
Los usuarios de redes sociales alegaban que sus declaraciones fueron una muestra de machismo, violencia de género y en especial de misoginia. Por eso, conversamos con el antropólogo Raúl Castro, decano de Comunicaciones y Publicidad de la Universidad Científica del Sur, para que nos explique este espinoso término: misoginia.
“El término misógina es un término griego, “miseo” que tiene que ver con odio y “gyne” que es mujer. Es un uso cultural de sociedades tradicionales patriarcales, donde grupos humanos, que tienen a varones en el poder, desprecian, subordinan a un rol secundario a la mujer. La misoginia es una práctica cultural de sociedades tradicionales ancladas en dominios de formas políticas patriarcales por definición y no por elección. Se asume que la autoridad corresponde al hombre por condiciones fisiológicas. Además, implica una estructura jerárquica donde el hombre es superior y la mujer inferior, peor aún es susceptible de desprecio y separación”.
“En la visión de estas sociedades tradicionales, las mujeres pueden tener momentos o ámbitos puros asociados a la maternidad, pero también impuros asociados a los periodos menstruales y que contaminan, por eso se las separa en determinados momentos. La contaminación hace que (la mujer) sea descartable”.
“Absolutamente, en las palabras del premier, lo que está haciendo es posicionando un lugar a la mujer en los roles públicos. Está vinculando su rol público de profesional de la información con ser madre. Allí se ve la oposición dual de la pureza o peligro. Es decir, se acerca al peligro porque le niega la pureza natural de ser madre. Su estructura de pensamiento es tradicional”.
“Más bien el machismo se deriva de una estructura de pensamiento patriarcal, es el ejercicio autoritario y en ocasiones violento de una supuesta autoridad masculina sobre toda la sociedad, incluyendo mujeres y niños. El machismo y la misógina son una expresión de una estructura patriarcal”.
“Hay una tensión en nuestra sociedad donde todavía hay presencia de pensamientos tradicionales. La tensión está en que existe un avance claro de la mujer, en muchos sectores progresistas como en la política y en el ámbito empresarial. Pero también existen sectores retrógrados como los que vemos, que establecen un lugar inferior a la mujer en todo nivel”.
“Salimos de ello, trabajando en tres terrenos: el primero es el de la docencia pública salir a hablar sobre el orden correcto de las cosas a través de los medios de comunicación. Todas las instituciones deben pronunciarse y hacer docencia pública. El segundo paso es la docencia en la educación de base tendría que revisarse los planes educativos en los colegios. El gran problema es que el propio ministro es parte de este asunto, entonces estamos atrapados, lo único que queda es la presión de los padres de familia para que se pueda neutralizar. Y el tercer paso tiene que ver con un tema penal, habría que hacer cierto trabajo en torno a las leyes, hay que pensar en sanciones”.
El antropólogo Raúl Castro nos recuerda que se puede identificar a un misógino a través de estas características: se muestra intolerante y violento discursivamente, establece ciertos órdenes sociales retrógradas y perniciosos, utiliza argumentos de posición social por origen de género y expresa una oposición entre pureza y amenaza.
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