El alcalde de Trujillo, Arturo Fernández Bazán, está envuelto en la polémica tras sus lamentables respuestas a dos mujeres periodistas de esa ciudad, que le preguntaron por la estatua de un huaco erótico colocado a la entrada de la municipalidad. Salió elegido burgomaestre de la capital liberteña en las últimas elecciones por el partido Somos Perú.
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No es nuevo en la política. Antes de asumir como alcalde de Trujillo, estuvo al frente de la Municipalidad de Moche, donde se hizo muy popular en todo el Perú por haber colocado varios huacos de la fertilidad moches en plena Carretera Panamericana, en el sector Santa Rosa.
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Eran guerreros de esa cultura con gigantescos falos que prontamente se volvieron un atractivo turístico para los visitantes que querían conocer el famoso templo del Sol y de la Luna.
ES GINECÓLOGO
Fernández Bazán nació en La Libertad, provincia de Trujillo. Es especialista en Ginecología y Obstetricia por la Universidad Nacional de Trujillo y trabajó como médico en un consultorio independiente.
Siempre ha tratado de llamar la atención de manera histriónica. El año pasado, cuando aún era el alcalde de Moche, rechazó una placa de reconocimiento que le entregó el presidente Pedro Castillo en Palacio de Gobierno, como parte de la ceremonia en homenaje a la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE).
En pleno acto dijo que la actividad era un ‘show’. Por eso fue aplaudido por quienes se oponían al gobierno de Perú Libre. No sabían lo que iba a venir.
Sus ‘locuras’ incluyen el llamado que hizo a los delincuentes porque desconfiaba de los policías
´PIDIÓ A LOS 80
La historia es así: Tras una intervención durante un operativo policial de control en una carretera, decidió grabar para luego hacer un llamado a los miembros de la organización criminal ‘Los 80′ y narcotraficantes a enfrentarse con los policías y les pidió que le escriban.
“Hago un llamado a la banda los 80 que se quieran ‘mechar’ con los policías de Moche, escríbanme. Yo mismo me hago de réferi, yo sé por quién apostar en una bronca entre ustedes y la Policía. Vamos a ver quién gana, vamos a ver, quiero ver si (los agentes) se hacen los machitos”, expresó en esa oportunidad.
HUELLA CON SANGRE
En 2019, tras el operativo policial en una discoteca de Lima donde murieron 13 jóvenes en plena pandemia, Fernández decidió ir a un centro de salud para que le extrajeran sangre, manchó una de sus manos y a modo de firma colocó su huella en un papel.
“Representa la muerte de los 13 jóvenes (en una discoteca de Comas), representa los allanamientos a las casas”, dijo y pidió indemnizar a las víctimas de coronavirus y a los afectados por la cuarentena focalizada.
Pese a todas sus ‘payasadas’ no cuenta con sentencias penales, familiares, laborales o de otra índole.
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