Junto con la emoción de la noticia de un embarazo, llega la preocupación por el riesgo de sufrir un aborto espontáneo en los tres primeros meses de gestación. Un peligro muy común, ya que el 20% de embarazos terminan en abortos naturales. Lo que lleva a muchas parejas a no compartir la buena nueva hasta no haber superado ese periodo inicial.
Pero ¿por qué ocurren los abortos espontáneos? La ginecóloga y obstetra del Instituto de Salud del Niño - San Borja, Mirela Mallqui, explica que la mayoría de ellos suceden por un trastorno genético o un defecto de cromosomas que no permite al feto desarrollarse con normalidad, provocando que el mismo cuerpo lo expulse. Si la mujer tiene tres o más abortos espontáneos seguidos antes de llegar a las 20 semanas de gestación, entonces se trataría de un problema recurrente que podría necesitar tratamiento especializado.
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En las primeras fases de un embarazo, la única señal de aborto espontáneo puede ser una pequeña cantidad de hemorragia vaginal. También es posible que la sangre contenga mucosidad o coágulos. Esto acompañado de dolores o calambres en el útero. “En algunos casos el aborto espontáneo puede causar infección uterina y terminar en un aborto séptico, cuando quedan restos del feto o la placenta. Hay que estar atentos a síntomas de fiebre, escalofríos, sangrado y una frecuencia cardíaca acelerada. De haberlo, hay que acudir con urgencia a un especialista”, exhorta.
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NO HAY RELACIÓN. Es poco probable que un aborto espontáneo tenga repercusiones a largo plazo en la fertilidad.
RIESGO. Ser mayor de 35 años, problemas de miomas, consumo de cocaína, alcohol y tabaco, diabetes mal controlada, problema con la tiroides, etc.
SIN DARSE CUENTA. Muchos abortos espontáneos no son reconocidos, dado que se producen antes de que las mujeres sepan que están embarazadas.
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