Este domingo celebramos el ‘Día de la Madre’ y van mis felicitaciones a quienes lo son.
Sin embargo, cada vez hay más mujeres que por motivos naturales, enfermedad, propia decisión u otros motivos, no lo son y algunas de ellas se entristecen por eso y es porque no han logrado superar el mandato social de serlo a cualquier precio.
Pues a ellas les digo que la vida completa, amorosa y feliz puede ser posible también sin hijos, que las viejas creencias de que la trascendencia de uno mismo solo es posible a través de los hijos es característica del pasado y es erróneo plantearlo en estos tiempos.
La trascendencia de uno mismo se debe lograr a través de su propia realización existencial integral con o sin hijos. La vida puede tener sentido tanto con ellos o sin ellos, el tenerlos no lo garantiza y el no tenerlos tampoco.
La única garantía de una vida con sentido está en uno mismo y en sus propios logros personales.