Dormir es una de las actividades más importantes del ser humano, pero también una de las más ignoradas. Un buen descanso, que por lo general dura entre siete y ocho horas diarias, no solo genera un gran placer, sino que presenta un sinfín de beneficios para tu salud física y mental.
“No descansar puede provocar más que una pérdida de energía, verás cambios en tu estado de ánimo y bajará tu rendimiento mental y físico. Además, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades, como hipertensión, ataques cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad”, explican los especialistas de Mapfre Seguros.
Asimismo, dormir bien no solo significa echarte a la cama una cantidad de horas, sino que este descanso sea de calidad y totalmente reparador. Solo así se logrará prevenir todos los problemas físicos y mentales (depresión, ansiedad e irritabilidad) relacionados a la falta de sueño.
“Si te es difícil conciliar el sueño, no tomes siestas en el día, aleja todos los aparatos electrónicos del dormitorio, trata de que tu última comida sea ligera y evita ingerir bebidas con cafeína durante la tarde. El orden y la limpieza de tu dormitorio contribuyen a un mejor descanso, este espacio debería ser el más relajante de todo el hogar”, agregan.
Muchas personas creen que ‘No importa si me desvelo hoy porque llegando a mi casa dormiré toda la mañana’, y no hay nada más alejado de la realidad. Las horas de sueño que perdiste no se recuperan por más que duermes todo el día siguiente.
Y así como no se recuperan tampoco se revierte el daño que causa la falta de sueño a tu organismo. Si bien tu cuerpo se sentirá más descansado y mejor psicológicamente, lo cierto es que físicamente pasa lo contrario. Por eso, es clave que priorices realizar todas tus actividades durante el día y salvo en casos extremos... dejes labores para la noche.
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