
Marco, de 78 años, acude a mi consulta por dolor de garganta, secreción nasal y un poco de decaimiento, preocupado porque piensa que ha adquirido una neumonía.
Estamos en la estación de otoño y el clima cambió, la temperatura comienza a bajar y los vientos son más fríos, lo cual propicia resfriados comunes, que se caracterizan por dolor de garganta, estornudos, secreción nasal y malestar.
Los resfriados comunes se manejan con paracetamol y antigripales.
En el caso de la neumonía en un adulto mayor, se trata de una enfermedad muy grave que muchas veces requiere hospitalización y se debe tratar con antibióticos.

Hay que acudir al médico para que lo ausculten y le soliciten una radiografía de pulmones.
Los signos de una neumonía son: decaimiento, confusión, respiración rápida, tos, caídas y muchas veces fiebre.
Marco solo tuvo un cuadro de resfriado común, descansó en su casa, pero se dio un gran susto.