Con frecuencia ahora vemos que más personas se divorcian o se separan al poco tiempo de haber iniciado la convivencia o el matrimonio. Estos casos nos hacen reflexionar y preguntarnos: ¿por qué las deciden casarse o estar juntos y luego se separan tan fácilmente sin tratar de solucionar los problemas? ¿Qué ingredientes están faltando? ¿Se terminó el amor? ¿No hubo amor realmente?

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El psicoterapeuta y psicólogo Walter Hinojosa señala que las causas de la separación pueden ser muchas. Una que se ve con más frecuencia está relacionada con la necesidad de las personas de llenar sus vacíos emocionales con sus parejas. Cuando sienten que ya ‘no son felices’, simplemente dan un paso al costado en la relación, en lugar de intentar salvar algo del amor que se juraron en algún momento. Esto también se resume en una falta de compromiso.

“También sucede por la presión social. La familia y los amigos muchas veces insisten diciendo que: ‘ya es hora de casarte’, ‘se te va el tren’, ‘no la pienses tanto’ o ‘es ahora o nunca’. Está mal tomar una decisión basándose en la opinión de los demás. También esto sucede cuando se inicia una relación cuando aún no se ha superado la anterior ruptura amorosa, tal vez simplemente se ‘junta’ con otra persona por venganza (un clavo saca otro clavo) o por demostrar que ya superó la experiencia anterior. Lo cierto es que al final, tú eres él o la que se compromete a vivir con tu pareja. Por eso, ambos deben conversar y juntos saber si realmente quieren unir sus vidas”, aconseja el especialista.

INGREDIENTES

Casarse no siempre significa ‘juntos hasta la eternidad’, pero se puede intentar llevarse de la mejor manera y conservar el lazo matrimonial. Para ello, necesitas los siguientes ingredientes:

Amor. Sin él, no existe nada.

Compromiso. Si no está presente, ten por seguro que tu matrimonio no durará mucho.

Respeto. Fundamental de ambas partes. Aquí entra el tema de la fidelidad también.

Diálogo. Será la base de la relación, pues es necesario que tú y él comuniquen aquello que les gusta y disgusta.

Apoyo. Son una pareja y recuerden que al casarse dijeron ‘en la salud y en la enfermedad’.

AL BORDE DE LA RUPTURA

♦Antes de decir ‘ya no puedo más, me divorcio’, busca ayuda de un psicólogo. La terapia de pareja ayuda mucho y puede ser la solución al problema que están enfrentando. Eso sí, ambos deben poner mucho de su parte para lograrlo. ¡Ustedes pueden!

♦Si después de esto se dan cuenta de que no se puede rescatar nada, es hora de decirle adiós al matrimonio.

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