La expresión ‘más vale tarde que nunca’ se escucha por todos lados y parece ser una frase reciente; sin embargo, te sorprenderá saber que este modismo tiene una antigüedad de más de 24 siglos.
Aunque su origen es incierto, se le atribuye al filósofo griego Diógenes de Sinope, también conocido como Diógenes el Cínico, quien vivió entre los siglos V y IV a. C. Se dice que Diógenes, quien hizo de la pobreza una virtud, viviendo como un vagabundo en las calles de Atenas, decidió ponerse a estudiar música y solfeo cuando ya tenía una edad avanzada.
Sus allegados se sorprendieron y hasta lo recriminaron por intentar aprender algo nuevo estando en la vejez. Ahí es cuando el filósofo lanza la expresión: ‘más vale tarde que nunca’, con la que resta importancia al paso del tiempo y que, en esencia, significa que es preferible hacer algo tarde que no hacerlo nunca.
La frase, en latín ‘potius sero quam numquam’, también aparece en los ‘Cuentos de Canterbury’ del escritor y poeta inglés Geoffrey Chaucer, a finales del siglo XIV.
La idea de ‘más vale tarde que nunca’ en la obra del llamado ‘padre de la literatura inglesa’ no está de la manera como la conocemos hoy en día. Se relaciona con la importancia de la responsabilidad y la puntualidad, aunque también se interpreta que las cosas pueden ser valiosas aun si se retrasan. A Geoffrey Chaucer se le atribuye la difusión de la famosa frase que ha perdurado a través de los siglos.
La frase ‘más vale tarde que nunca’ tiene un significado similar a ‘nunca es demasiado tarde’ o ‘es mejor llegar tarde que no llegar’. Este refrán muy popular se encuentra en el Refranero Multilingüe del Centro Virtual Cervantes y transmite la idea de que la acción, aunque tardía, es preferible a la inacción. La expresión puede usarse con sinceridad o con sarcasmo.
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