
Las relaciones familiares son complejas y cuando se trata de convivencias donde una de las partes tiene hijos de un vínculo anterior, lo son aún más. Entonces, ¿cómo establecer reglas en ese caso?
Horacio Vargas Murga, psiquiatra especialista en niños y adolescentes del Centro de Investigación y Desarrollo en Salud Mental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, considera que la pareja debe construir un vínculo emocional con los chicos antes de imponer límites.
Para llegar al menor, recomienda dedicarle tiempo, saber sus gustos, temores y rutinas.
Es importante que la interacción se haga desde un interés genuino, sin presionar y respetando los tiempos.
“No se debe intentar reemplazar a la madre o padre biológico, ni hacer comparaciones”, enfatiza.
En cuanto a los adultos, la comunicación es fundamental para establecer alianzas.

Las conversaciones sobre los acuerdos educativos básicos (horarios, normas, consecuencias, etc.) deben ser en privado y respetarse para evitar contradicciones frente a los niños.
Murga explica que los límites deben ser claros y siempre con sustento para no descalificar a los chicos, sino persuadirlos de que entiendan que su conducta afecta a otros.
También recomienda usar el ‘yo’ y no el ‘tú’, que resulta acusador.
“Es mejor decir: ‘yo me siento incómodo cuando gritas en la noche’, en lugar de ‘tú siempre haces escándalo’”, señala.
DATITO
Sobre las consecuencias, el experto aconseja que se les suprima algo que les gusta, como un programa de televisión, una hora de juego, una salida; pero no se debe recurrir a castigos físicos.