Hace exactamente 39 años, el 29 de enero de 1985, falleció el escritor peruano Ramón Rafael de la Fuente Benavides, conocido por su seudónimo de Martín Adán.
El literato vanguardista sigue siendo uno de los poetas peruanos más influyentes. Su fama surgió por su novela corta ‘La casa de cartón’, que lo consagró como escritor con tan solo 20 años.
Posteriormente, publicó poemas y ejerció la crítica literaria en revistas como Amauta y Mercurio Peruano. Su obra es vasta y muy reconocida, incluso después de sus momentos de crisis personales siguió creando.
Su vida estuvo marcada por el excesivo consumo de alcohol que lo llevó a una autodestrucción y lo obligó a internarse voluntariamente en hospitales psiquiátricos. Desde 1935, su residencia en estos centros se hizo más frecuente. Él mismo se internaba para desintoxicarse.
Entre 1937 y 1941, Martín Adán ingresaba con sus propios pies al Víctor Larco Herrera, según él, ‘el único lugar donde se podía vivir cuerdamente’, y al que era invitado por su amigo, el doctor Honorio Delgado.
Su régimen de permanencia no era tan estricto, él entraba y salía del lugar. Pasó un largo tiempo en una clínica particular, pero en 1983 volvió al Larco Herrera.
Un año después lo recibió el albergue Canevaro, en el Rímac. En enero de 1985 fue llevado al Hospital Loayza donde murió de un paro cardiaco en la más profunda soledad.
Clásicos son sus poemarios ‘Travesía de Extramares’ (1950) y ‘La Mano Desasida’ (1964), un canto sobre Machu Picchu que incluye a sus intensos y hermosos poemas ‘Poesía, mano vacía…’ y ‘Todo lo ignoras porque eres de piedra’.
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