Julián (80) tiene diagnóstico de cáncer de páncreas avanzado, el médico tratante había conversado con el paciente y la familia, sobre su condición.
Les explicó que, debido a lo avanzado de la enfermedad, lo mejor era que Julián acuda a su domicilio para que reciba los últimos tratamientos de su vida, pero en su casa.
Julián tenía dolor abdominal y en algunas ocasiones daba gritos y alaridos de dolor, y sus familiares se desesperaban. Me llamaron para que lo evalúe y le calme el dolor.
Le administré morfina. La morfina es un analgésico muy potente que se emplea cuando fracasan los demás medicamentos para el dolor.
Existe mucho prejuicio con su administración, existe la idea de que el paciente se volverá adicto o morfinómano. Sin embargo, el uso de morfina es un tratamiento plenamente justificado.
Luego de la morfina, Julián se quedó tranquilo, sin dolor y pudo permanecer en su casa, donde falleció sin dolor, rodeado de su familia.
TE PUEDE INTERESAR:
- ¿Los adultos mayores pueden tomar café con normalidad?
- La tiroides y su relación con la demencia
- ¿Cómo cuidar el pie diabético en la tercera edad?