‘No tengo suerte en el amor’, ‘siempre me engañan’, ‘puros mujeriegos me tocan’. ¿Te suenan conocidas estas frases? Seguro que sí, porque todas hemos sufrido por amor alguna vez. Pero lo cierto es que la culpa no solo es de la piedra con la que tropezamos, sino también de una misma.
Te la pueden hacer una vez, dos veces, ¿pero tres o cuatro? Eso quiere decir que algo está fallando en tu radar o tienes una idea equivocada del amor.
“Hay una frase que dice ‘el amor es ciego’, pero yo creo que el ciego es uno. Claro que existe un motivo por el cual siempre tropiezas con la misma piedra. Las parejas no se escogen al azar, una busca modelos que ha aprendido en sus primeros vínculos afectivos, o sea los papás”, indica la psicóloga Juliana Sequera.
Otro punto importante es la idealización en los primeros meses de relación, ya que te nubla la capacidad de razonar y ver el panorama completo.
“Idealizamos tanto a la persona que no nos damos cuenta de sus sombras. Por eso, es importante que después de una ruptura te tomes un tiempo para ver esos aspectos que no te gustaron y no volverías a tolerar”, comenta.
El tiempo de crianza también juega un rol importante, pero sobre todo analizar cómo aprendiste a amar. Esto te ayudará a saber por qué siempre eliges a personas que no te dan estabilidad o no son tu lugar seguro.
“La pareja que elegimos es proporcional al amor que nos tenemos, nunca olviden eso”, agrega Sequera.
Vale mencionar que, probablemente, detrás de estos adultos con miedos, inseguridades y con tendencia a buscar parejas que generan conflictos e inestabilidad, hay crianza en ambientes hostiles, frecuente rechazo y autoritarismo.