
El terremoto más violento en Lima ocurrió hace 279 años y destruyó la capital y el Callao. Ahora, cuando un temblor de 6.1 grados asustó a los limeños, lo ocurrido en época colonial debe hacernos recordar qué pasó para prepararnos ante un terremoto de más de 8 grados como el de hace casi tres siglos, que expertos alertan ocurrirá tarde o temprano.
El viernes 28 de octubre de 1746, a las 10:30 de la noche, Lima sufrió el terremoto de 8.4 grados en la escala de Richter con epicentro a 90 kilómetros al noroeste de la ciudad.
Violento y prolongado, al menos 1300 personas murieron en Lima y 6000 en el Callao, donde al sismo siguió un tsunami con olas de entre 10 y 25 metros que arrasaron el puerto.
La capital quedó en escombros, con solo 25 de sus 3000 casas en pie. Casonas, hospitales, conventos e iglesias sufrieron grandes destrozos y muchos acabaron demolidos en Lima y Callao, donde 65 mil habitantes quedaron sin agua y alcantarillado.

Con personas y animales muertos, en descomposición bajo ruinas, y sin hospitales ni fosas en cementerios para enterrar tantos cuerpos, se desataron epidemias de ‘tercianas’, ‘dolores pleuríticos’, ‘efluvios de vientre’ y ‘tabardillo’ (tifus), esta última causante semanas después de entre seis y ocho mil muertes.