Una de las figuras más importantes de la literatura peruana es José Carlos Mariátegui La Chira, escritor, periodista y pensador político nacido en Moquegua, el 14 de junio de 1894. Fue hijo de Francisco Javier Mariátegui Requejo, empleado menor del Tribunal Mayor de Cuentas, quien tempranamente perdió el contacto con sus hijos.
Su madre se llamaba Amalia La Chira, y a causa del abandono de su esposo, decidió viajar con sus hijos José Carlos, Julio César, Guillermina y Amanda a Huacho, a vivir con sus parientes. El dicha cuidad norteña, los problemas económicos que padecían se verían acrecentados. Además José Carlos Mariátegui contrajo una grave enfermedad que le afectó una rodilla. Se trató en una clínica en Lima, pero no sanó por completo. Esta enfermedad lo acompañaría durante el resto de su vida. Al no poder jugar con los demás niños, se sumergió en un mundo de lecturas y reflexión.
En 1909 empezó a trabajar en el diario La Prensa como auxiliar de imprenta. En el medio culto y sencillo del periódico fue aprendiendo el oficio y descubriendo su veta de escritor. José Carlos supliría con lecturas la carencia de estudios formales y emprendería la larga y difícil labor de construirse una cultura autodidacta. Más adelante llevó algunos cursos en la universidad, pero su vasta cultura nunca perdió ese matiz autodidacta del que siempre se sintió muy orgulloso, y con el que se identificó.
Un día se animó a deslizar entre los papeles de la redacción un corto artículo sin firma escrito por él. Pocos días más tardes comprobó que había sido publicado sin alteraciones ni cambios. Desde entonces comenzó a considerarse periodista escribiendo artículos cortos, que luego eran más largos y de mayor profundidad, firmados con el seudónimo de Juan Croniqueur. Incursionó en otros géneros literarios. Los siguientes años los pasó en la redacción de El Tiempo (1915-1918). Fundó la revista Nuestra Época (1918) y el diario La Razón (1918), publicaciones con una marcada tendencia de izquierda.
Con la toma del poder de Augusto B. Leguía en 1919, Mariátegui partió a Italia como corresponsal. Además estuvo en Francia, Alemania, Austria, Hungría y Checoslovaquia. De vuelta en el Perú, decidió difundir las experiencias ganadas en Europa. Fundó la revista Amauta (1926).
Los últimos años de su vida fueron de una fecunda e incansable labor: fundó la imprenta Minerva, el periódico obrero Labor (1928-29) y participó en las revistas Variedades y Mundial. Por esta época escribió su reconocida obra: ‘7 ensayos de interpretación de la realidad peruana’ (1928).
En medio de esta fiebre productiva, la enfermedad seguía avanzando. Le amputaron la pierna para salvarle la vida, pero al tiempo, la dolencia nuevamente hizo crisis y Mariátegui murió el 16 de abril de 1930 (otros dicen que fue el 17), cuando estaba por cumplir 36 años.
Se casó con Anna Chiappe y tuvo cuatro hijos.
Contenido GEC