Con el control del mar tras el Combate de Angamos (8 de octubre de 1879), los chilenos llevaron en barco sus tropas al Perú. Desembarcaron en Pisagua, el 2 de noviembre de 1879, y se inició la campaña terrestre en el departamento peruano de Tarapacá.
El 27 de noviembre de 1879, en la quebrada de Tarapacá, se registró la batalla del mismo nombre entre las tropas chilenas, mayores en número y dotación militar, y las agotadas tropas peruanas, menores en número y armas, pero superiores en moral y valor.
En cruenta lucha, hubo sucesivos ataques y contraataques de ambas partes, pero el valor de los peruanos derrotó a los chilenos, que se vieron obligados a retirarse. Pero la victoria de Tarapacá no cambió el curso de la campaña. Aislado como se encontraba el ejército peruano, tuvo que continuar su retirada por el inclemente desierto, llegando al cuartel general en Arica después de veinte días de caminata. Tarapacá estaba perdida, lo que tuvo graves consecuencias, porque los chilenos inmediatamente comenzaron a exportar el salitre, obteniendo el apoyo de Inglaterra, interesada en esa riqueza.
Datos
Tarapacá confirmó el genio militar y coraje de Andrés Avelino Cáceres, pero también el valor de Belisario Suárez, Isaac Recavarren, Francisco Bolognesi, Guillermo More, Alfonso Ugarte y los soldados que dieron la vida por su patria.