Nacido el 4 de enero de 1809, en Francia, Louis Braille fue un niño con todas sus facultades físicas hasta los 5 años, que es cuando queda ciego debido a un accidente en el taller de su padre.
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Resulta que el pequeño Louis, de 3 años, emulando a su papá, cogió un punzón para hacer un agujero en una pieza de cuero, pero este resbaló de sus manos y lo hirió en el ojo derecho. Lo peor es que al no poder controlar el daño, la infección pasó al ojo izquierdo, provocándole una ceguera irreversible.
Braille solo gozó de la vista durante un tiempo muy breve, como si el destino le hubiera permitido ver solamente un poco, para que con aquel recuerdo de las imágenes perdidas encontrara el aliento para la trascendental obra que posteriormente debía realizar.
A los 7 años ingresó en el Instituto de Jóvenes Ciegos de París, del que más tarde fue profesor. Era Braille un joven con mentalidad poderosa, fértil imaginación, y una voluntad que no pudo quebrar en él la tragedia de la ceguera.
Los pocos ciegos que en aquellos tiempos sabían leer, Braille entre ellos, aprendieron a hacerlo sirviéndose del difícil sistema de Haüy (de Valentin Haüy), que consistía en letras mayúsculas en relieve.
Braille trató de perfeccionarlo y simplificarlo. Sus trabajos culminaron con la invención del sistema de escritura al que debe su gloria.
Este sistema, que permite leer y escribir, consiste en seis puntos combinados y representados en relieve, lo que permite su captación táctil.
Desde 1879 se adoptó en forma universal la escritura Braille. pero su creador no viviría lo suficiente para ver el éxito de su invento. Murió de tuberculosis el 6 de enero de 1852.
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