Ser asaltado impacta también en la esfera social, económica y física de la víctima, sobre todo si hubo uso de violencia. Esto suele generar trauma o miedo excesivo a que un evento similar vuelva a ocurrir e interfiere en el desarrollo normal de las actividades del agredido.
1. Lo primero es esperar a que tu bebé dé muestras de querer caminar de manera natural. Lo hará cuando él lo desee.
2. Evita ponerlo en andadores, porque en estos el niño solo se sienta y empuja con los pies para avanzar. Así no camina.
3. Colócalo dentro de un corralito y deja que se ponga de pie cogiéndose de los bordes. Deja que camine de costado y que se siente cuando desee.
4. Si ves que tu hijo ya tiene más estabilidad, ponlo sobre un sofá grande de tu casa y déjalo que intente caminar cogiéndose del espaldar (mantente cerca para socorrerlo).
5. La mayoría de niños gatea después del primer año de edad. Si demora es porque tiene miedo de caerse, muéstrate siempre cerca de él para ayudarlo.
6. Si tu pequeño ya empezó a caminar, tómalo de una mano y deja que lo haga por sí solo para que adquiera equilibrio.
7. Páralo de espalda a una pared y colócate a un metro de distancia de él. Así el niño tendrá que dar unos pasitos para sentarse y tú estarás atenta para ayudarlo.
8. Un mecanismo divertido es alejarte un poco de tu bebé y mostrarle su juguete preferido para que trate de alcanzarlo (siempre con precaución).