COLUMNA FÍSICA Y MENTALMENTE SALUDABLES. Los hábitos que desarrollamos en nuestro día a día pueden llevarnos, con los meses y los años, a tener un impacto positivo o negativo en nuestra salud. Nosotros finalmente decidimos y dirigimos nuestros pensamientos hacia una dirección determinada.
Es así que, al final de cada mes, podemos —por ejemplo— consumir grandes cantidades de azúcar y carbohidratos ultraprocesados, lo que obliga a nuestro páncreas a trabajar en exceso, aumentando la producción de insulina al máximo.
Este esfuerzo sostenido, con el paso del tiempo, puede llevarnos a desarrollar diabetes.
De la misma manera, el sedentarismo provoca que, con los años, nuestro metabolismo se mantenga lento, dificultando la eliminación de líquidos a través del sudor y la respiración, lo que afecta directamente el mantenimiento de un peso adecuado.
El control de las horas de sueño, además, nos aleja de la necesidad de recurrir a pastillas para dormir, medicamentos que con el tiempo solo conducen al letargo y a trastornos cognitivos, como los problemas de memoria.
Finalmente, recibimos información y energía de nuestro entorno, el cual puede fortalecer nuestro ánimo o, por el contrario, restar capacidades mentales para desempeñarnos adecuadamente en los ámbitos social, laboral, académico y familiar.
Cuidemos nuestros hábitos cotidianos y procuremos orientarlos hacia nuestro bienestar integral, para que el 2026 sea un año satisfactorio y saludable.
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