La primera vez que María Victoria Castillo Chávez (64), conocida en el mundo artístico como ‘Catalinita del Centro’, se paró en un escenario para cantar tenía apenas cinco años y desde ese día no ha dejado de hacerlo.
Ella sabe que su voz es su mayor talento, pero también que en ese medio artístico nada está asegurado. Por ello, esta empoderada mujer huancaína se dedica a la venta de tomates desde hace 30 años y en los últimos seis meses lo hace en el mercado ‘Tierra Prometida’ de Santa Anita, porque ‘no hay nada mejor que tener un negocio propio’.
¿Cómo empiezas a cantar a los cinco años?
Lo que pasa es que mi mamá Susana Chávez, ‘Estrellita de Lircay’, es cantante folclórica y mi papá era promotor de espectáculos. Prácticamente tenía que ser artista sí o sí.
¿Tus hermanos también son artistas?
Somos ocho hermanos, solo una canta música criolla, ella se llama Vicky Castillo, pero cuando éramos chicos mi mamá grabó un longplay (disco de larga duración) con sus ocho hijos. Recuerdo que se llamó ‘Villa Rica de Oropesa’. Ese LP lo tenemos guardado como uno de nuestros más grandes recuerdos. Mis otros hermanos no siguieron cantando.
Empezaste muy pequeñita en la música…
Sí, pero a los 10 años tuve un accidente, la casa de la vecina donde yo casualmente estaba se incendió y tuve quemaduras de tercer grado en el cuello y parte de la cara. Lo bueno es que no afectó mi garganta. Estuve hospitalizada dos años.
Después continuaste cantando…
Sí, ahora tengo casi 60 años en la música, más de 150 canciones escritas y más de 20 discos grabados. Lamentablemente, la pandemia afectó mi trabajo como cantante, pero al menos me ayudó dando conciertos virtuales.
¿La pandemia te obligó a vender tomates o ya lo hacías?
Lo hago desde mucho antes. Primero empecé vendiendo lechuga y espinacas en La Parada de La Victoria, luego pasé a los tomates porque es una verdura menos delicada. La música es rentable cuando hay una buena racha y te llevan de viaje, por aquí y por allá, pero no es algo estable, por eso tengo mi negocio.
¿Trabajas desde muy temprano?
¡Madrugo! Trabajo desde la medianoche, en mi puesto del mercado ‘Tierra Prometida’ de Santa Anita. Empiezo a la 1 de la mañana y a las 7 ya estoy acabando con la venta. Trabajo de lunes a domingo.
Volviendo a la música, en tus canciones hablas del amor, de los hijos y hasta de la cerveza, como en el tema ’90 soles’...
Ese es un tema dedicado a los borrachitos que por querer tomar con los amigos se endeudan y luego quieren que les fíen.
¿Qué es la música para ti?
Mi don, mi alegría, mi relajo y los tomates mi negocio.