No es extraño que en una situación de bullying o acoso escolar, los padres de familia sean los últimos en enterarse de la violencia psicológica y física que está sufriendo su hijo. Ya sea por miedo o vergüenza, a los chicos les cuesta hablar. Por eso, es crucial que los papás tengan los ojos bien abiertos y sepan identificar ciertas conductas típicas de una víctima de bullying. Solo así serán capaces de actuar a tiempo.
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“Lo primero que deben hacer los padres es crear un sistema familiar que permita el diálogo, quitarse algunos prejuicios y dejar que los chicos se expresen. Si les abren ese camino de confianza, será más fácil para ellos contarles lo que les pasa”, comenta la psicóloga Juliana Sequera.
Si tienes hijos pequeños o adolescentes que ya iniciaron el año escolar 2023, presta mucha atención, la experta en salud mental engloba seis señales que muestra una víctima de bullying escolar:
Se vuelven agresivos o retraídos. Explotan con facilidad ante la mínima situación. Siempre paran renegando y no quieren convivir en familia.
De un momento a otro dejan de ir a fiestas, reuniones y salir con amigos. Si es que tienen que hacerlo por obligación, inventarán excusas para no hacerlo. Les cuesta socializar.
Suelen autolesionarse y llegan a casa con golpes, heridas, y disimulan cuando les preguntas cómo se las hizo. Seguramente dirán que ‘se cayeron por las escaleras’ o ‘pasó un accidente’. Si estas situaciones son cada vez más frecuentes, debes estar muy alerta. Lo más probable es que esté sufriendo violencia física en el colegio.
Eran buenos o regulares alumnos y de un momento a otro sus notas bajaron. Pero no solo eso, sino que tampoco sienten motivación alguna por mejorar. Si fuera por ellos no irían al colegio.
Están tan estresados y ansioso por lo que les está pasando que eso les impide conciliar un sueño reparador. Se quedan hasta muy tarde despiertos.
Por lo general, no quieren comer o lo hacen en exceso. Lo más probable es que boten la comida que les sirves, no coman sus loncheras, o el caso extremo es que tengan atracones de comida.
Muchas veces, el bullying llega a ser tan grave que ni los profesores o padres de familia pueden controlarlo. En esos casos, lo mejor será que cambies de colegio a tu hijo.
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