La importancia de consumir antioxidantes reside en su capacidad para combatir los radicales libres en nuestro cuerpo. Estas moléculas inestables pueden dañar nuestras células y están asociadas con el envejecimiento y enfermedades como el cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes. Los antioxidantes, como su nombre indica, combaten este proceso de oxidación y ayudan a mantener nuestras células sanas.
El doctor Sebastián Arrieta, especialista en Medicina de la Obesidad nos explica lo importante que es la ingesta de los alimentos que contienen altos niveles de antioxidantes, ya que son muy beneficios para nuestro cuerpo.
Los radicales libres son productos inevitables de nuestro metabolismo y también se forman cuando estamos expuestos a factores ambientales como la radiación y la contaminación. En equilibrio, nuestro cuerpo maneja bien los radicales libres, pero el estrés oxidativo ocurre cuando hay un desequilibrio, y es aquí donde los antioxidantes juegan un papel crucial.
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition sugiere que el consumo regular de antioxidantes puede contribuir a la prevención de enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer (Ames, B.N., et al. 1993). Los antioxidantes ayudan a estabilizar los radicales libres y pueden prevenir o reducir este daño.
Este té contiene polifenoles, como las catequinas, que son antioxidantes poderosos. Un estudio en la Journal of the American College of Nutrition mostró que el té verde puede mejorar la salud del corazón (Vinson, J.A., et al., 1995).
Ricas en antioxidantes, incluidos los polifenoles y la vitamina E. Un estudio publicado en Food & Function sugiere que las nueces pueden mejorar la salud del corazón al reducir el estrés oxidativo (Haddad, E.H., et al., 2018).
La curcumina, el componente activo de la cúrcuma, es un potente antioxidante. Un artículo en Advances in Experimental Medicine and Biology muestra que tiene potencial antiinflamatorio y anticancerígeno (Menon, V.P., Sudheer, A.R., 2007).
Es rico en sulforafano, un antioxidante potente. Un estudio en Clinical Epigenetics encontró que el sulforafano tiene propiedades anticancerígenas (Tortorella, S.M., et al., 2015).
Es rico en polifenoles, especialmente flavonoides. Un estudio en The Journal of Nutrition reportó que el chocolate oscuro puede mejorar la salud del corazón (Buijsse, B., et al., 2006).
Estas raíces naranjas son una excelente fuente de betacarotenos, que son precursores de la vitamina A y actúan como poderosos antioxidantes. A menudo se asocian con mejorar la salud ocular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Las cebollas son ricas en quercetina, un flavonoide que tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Un estudio en The British Journal of Nutrition mostró que la quercetina podría ayudar a reducir la presión arterial (Edwards, R.L., et al., 2007).
El ajo contiene alicina, que tiene propiedades antioxidantes. Diversos estudios, incluyendo uno publicado en The Journal of Nutrition, han resaltado el potencial del ajo para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares gracias a sus propiedades antioxidantes (Rahman, K., Lowe, G.M., 2006).
Las espinacas son ricas en luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que son beneficiosos para la salud ocular. Además, contienen vitamina C y E.
Esta especia común es sorprendentemente rica en antioxidantes. Un artículo publicado en Nutrition Today reveló que la canela está entre las especias con el mayor contenido antioxidante (Shan, B., et al., 2005).
Consumir alimentos ricos en antioxidantes es una estrategia fácil y deliciosa para fortalecer la salud y prevenir enfermedades. Es recomendable incorporar una variedad de estos alimentos en nuestra dieta diaria para asegurar un amplio espectro de protección antioxidante.
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