Sentir ganas de expresar lo que eres es una manera de iniciar la construcción de tus sueños, respetando los ideales que cultivas. La actriz Milene Vásquez no solo representa personajes, también asume una postura ante la sociedad, no ignora los grandes problemas, pero además gusta de sincerarse al conversar. Esta es la ‘sazón’ de una mujer del arte.
Lleva su sonrisa como el sello de su personalidad o quizás sea el resumen de ese positivismo que parece marcar su vida. Milene Vásquez es hoy una destacada participante de un concurso de cocina (‘El gran chef: Famosos’) que se transmite por Latina. Pero en paralelo su carrera de actriz la acompaña, generando éxitos, entrando en el imaginario popular. Desde ‘Qué buena raza’ hasta ‘Maricucha’ y pasando por la nobleza y la maldad de sus personajes, la chica nacida en el Perú y con sangre argentina revela una intimidad tan suya y sencilla que la hace especial.
Milene, ¿la vida es una gran cocina?
Sí, porque es creatividad, es usar los recursos para salir adelante.
¿Algo más?
Pero también es diversión y juego, o puedes quemarte y cortarte.
¿Llegaste con buena sazón o aprendiste en el camino?
La gran verdad es que no cocino.
¿En serio?
Por mis horarios de trabajo, generalmente no estoy en casa a la hora del almuerzo. A mis hijos les hacía las cosas básicas.
A nivel nacional expusiste tus limitaciones en el arte culinario.
Claro y eso mostró mis debilidades, mi vulnerabilidad, pero me volví a descubrir como una mujer valiente.
¿Es un acto de coraje ser actriz?
Sí, porque cada personaje tiene una cuota de nervios.
¿Y si te toca uno que no coincide con tus valores morales?
Estudiando actuación aprendí que no debo juzgarlos, sino tenerles compasión.
En tu última telenovela ‘fuiste’ una chica infiel. ¿Lo hiciste observando a alguna amiga con esas características?
Tengo varios referentes, ja, ja.
¿Y qué imitaste?
Cómo se portan, mueven las manos, pero cuando grabas novelas todo es muy rápido y no se puede hacer ese tipo de investigación.
Si volvieras a ‘Qué buena raza’, ¿tendría el mismo éxito?
Sería un golazo, aunque ahora sería la abuelita de la protagonista, ja, ja.
Creo que no ha perdido vigencia la trama.
Fue una obra atemporal, lo que contamos en el 2011 sigue sucediendo en el país.
Lamentablemente somos racistas.
Hay muchas taras que mantenemos y creo que el camino para dejarlas atrás es invertir en la educación.
¿Tres medidas para cambiar todo esto?
Acabar con la corrupción que es el cáncer del Perú, evolucionar en la educación porque una persona instruida puede elegir mejor a sus gobernantes y a la vez dejar de discriminar.
Hablando de ese tema, ¿por qué gustas leer?
Mi mamá siempre me aconsejó: ‘Cuando lees, nunca estás solo’.
¿Y puede ser remplazado por el cine?
Una buena película puede equivaler a una excelente lectura.
La gente tiene miedo de coger un libro.
A mis hijos les digo: Lee lo que te agrada. Porque sino te parecerá aburrido.
¿Y la música?
Bailo y escucho de todo.
¿Y hoy mientras venías a la entrevista?
A Gustavo Cerati, pero en versión electrónica.
¿Ese es tu estilo?
También la salsa y no descarto el reguetón.
¿Qué tienes en tu playlist?
A la ‘Bichota’ y hasta Bad Bunny.
¿Es cierto que es muy pegajoso?
Tengo una teoría.
Adelante...
La música ancestral y tribal son los tambores que están en nuestro ADN. Por eso te hace mover tu cuerpo, es el latido del corazón.
Nombraste a Cerati, una vez cantó con Shakira ‘La ciudad de la furia’ y mi hermana me dijo: Ahí es ella quien se derrite por él.
Y quién no.
¿Entonces?
La apoyo, ja, ja.
También la rompes con ‘Soltera, casada, viuda, divorciada’.
Son 21 semanas en cartelera y es la película más taquillera. Se habla que haremos la segunda parte.
Fue un 2023 y todavía no acaba.
Agradecida a la vida, también a Dios y a la gente.
Y sigues en carrera con ‘El gran chef’.
Sí, hace que saque la otra parte de mí que debía explorar.
Gracias por animarte a revelarnos parte de tu interior.
A ustedes del Trome, que me sigan por Latina y un beso a los lectores.
Por todo lo dicho en cada respuesta es bueno relacionar a la actriz con Rigoberta Menchú, la líder indígena guatemalteca, defensora de los derechos humanos, quien afirmó: “Una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia y la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio”.
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