
Hay historias que parecen ser dirigidas por un ángel que te lleva hasta donde deseas estar y que no lo llamaste, sino que surgió en tu interior y se le denomina talento. Alejandro Tagle hoy tiene un rol importante en la telenovela ‘#Pobre novio’, disfruta la aceptación de la gente y lo hemos comprobado con el cariño que recibe en la calle, pero carga en sus espaldas una crónica de lucha que merece ser contada.
Alejandro, ¿tu primera ‘chamba’?
Estuvo relacionada con el arte.
Explicalo, por favor.
En el colegio participé en actuaciones, pero en casa mi papá me enseñó a cantar, porque gritaba mucho.
¿Entonces?
En reuniones familiares interpretaba temas y pasaba el gorro. Caía buena propina y salía para comprar mis gustos.
Antes de estar en la actual telenovela, ¿te han rechazado en otras?
Me presenté al casting de ‘Pituca sin lucas’ y a la anterior llamada ‘Papá en apuros’.
¿Y no bajaste los brazos?
En esta profesión tienes que tener resistencia.
Si caminas frente a un colegio, ¿pasa algo?
Crucé por una universidad y de los balcones las chicas gritaban. En otra oportunidad, un grupo de colegialas se acercó y me felicitaban, me dijeron que era lindo y las saludé afectuosamente, les pregunté sus nombres.
En la ficción peleabas con tu medio hermano por una chica, vayamos a ver casos de la vida real.
Está bien.
¿Aceptarías que tu ‘causa’ salga con tu ‘ex’?
Me ocurrió y le dije a ese amigo: ‘Si gustas dejamos de vernos un tiempo y volvemos a ser hermanos’, ja, ja.
¿Nunca ‘partiste’ a nadie?
Meterse en una relación es el peor karma que puede existir. Eso está prohibido.
¿Se te mandan las fans?
Por redes me dicen ‘te amo’, ‘me encantas’, me llaman ‘mi novio’, mandan fotos, pero nunca las abro. Converso cordialmente y con respeto.
¿Le entras a la pelota?
He sido juvenil de la ‘U’ de la categoría 99. Me iba hasta la ‘VIDU’ a entrenar.
¿Por qué no seguiste?
Una vez jugando con la 98, un grandazo me fue con fuerza y me lesionó la cervical. Me recuperé, pero ya no metía cuerpo ni corría igual.

¿‘Machetero’?
Era, en un tiempo viví en el Callao, por Bellavista.
Continúa...
Pichangueando con los muchachos del barrio, me aconsejaban que no entre tan fuerte, pero no hacía caso.
¿Cómo siguió todo?
En una viene un ‘pata’, me entró a la mala y me aclaró: ‘Juegas limpio o vuelvo a meterme con todo’.
¿Qué reacción tuviste?
Quedé ‘curado’, ja, ja.
¿Ahorrativo?
Sí, porque esta carrera es linda, pero también incierta y a veces puede ser ingrata.
¿Un ejemplo?
Si saliste en una novela, te va bien, tu imagen debe descansar y te quedas meses sin trabajar en televisión.
¿Disfrutas los besos en los labios con las actrices?
Estás tan metido que te olvidas de los que te están rodeando y grabando la escena.
¿Conclusión?
He besado a muchas compañeras y en ese momento significa todo, pero luego no representa nada.
¿Qué te dice tu padre que ve tu éxito?
¡Tienes huevos, carajo!
Es un gran elogio.
Es que hay que tenerlos para ser actor y más en el Perú.
¿Entonces?
Hay que resistir, seguir y no parar.
¿Por qué no te mareas con la popularidad?
Mi objetivo es más grande que eso.
¿A dónde apuntas?
Quiero ser un referente de la actuación en Perú.
¿Te vamos a ver en escándalos?
Ese no es el camino. Seguir otra ruta es alejarme de mis objetivos de vida.
Hoy tus colegas están en pie de lucha.
Quieren quitarnos el derecho de las regalías por trabajos que hemos realizado y los están volviendo a poner en las programaciones.
¿Te parece injusto?
Sí, porque además ese dinero no saldrá de los impuestos, sino de los comerciales que auspician para que vuelvan a poner la serie o novela o película en la televisora.
Tienes estás líneas para decir lo que desees...
A los futuros actores, que no se rindan, que estudien y lean mucho, y si necesitan algo de mí, que me busquen. Estoy para apoyar.
Un gran abrazo y gracias por tus respuestas...
Un saludo a todos ustedes y me he sentido muy bien en esta conversación.
Llegó el respectivo apretón de manos que marcó la despedida. Para llegar hasta donde se encuentra la tuvo complicada, pero no se rindió. Bien lo dijo Winston Churchill, el exministro de Inglaterra: ‘El coraje es ir de fracaso en fracaso sin la pérdida del entusiasmo’.