Basta conversar con los hombres de seguridad, del local que tiene América Televisión en Santa Beatriz, para entender en qué basa Melissa Paredes su éxito. La chica que creció en Ventanilla sigue siendo la misma. Los custodios de la puerta del edificio coinciden: ‘Llega y saluda siempre con amabilidad, igual a la hora de retirarse’.
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Es el mejor momento de la actriz de ‘Dos hermanas’ y otras telenovelas de mucho rating; además de ser conductora de ‘América hoy’, programa líder en su horario. Por su crecimiento personal y profesional toca hablar de su ayer, hoy y ‘mañana’.
Ya quiero la pareja.
Deseamos saber el futuro del país y que todo se estabilice, para traerlo a un mundo tranquilo.
Ja, ja, ja, nunca tanto.
A fin de año quiero embarazarme.
Saber diferenciar a un buen hombre.
Eso dicen mis amigas y respondo: Es darte cuenta de si es alguien que te va a sacar adelante, no que te va a hundir u opacar.
Mi esposo siempre fue seguro de sí mismo.
Nunca me dijo qué haces allí.
Me puede haber pasado que algunos tuvieron envidia. Hay que saber a quién le dices sí y a quién chau.
¡Quiero verte de mala!
Dice que me saldría increíble, natural.
Creo que lo saborearía al máximo.
Soy distraída.
Si me peleo con Rodrigo, me olvido rápido.
Sí y por eso me comenta que ya he hecho muchos papeles de buena.
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Le encanta verme feliz y realizada.
Siempre, porque ahí uno se entera de los chismes.
Están todas las primicias y yo, por ser personaje público, no puedo comentar nada.
No he perdido ese empuje.
Estudié locución, actuación, conducción. Ya acabé las grabaciones de ‘Dos hermanas’ y en unos días empiezo a trabajar con una coach mexicana. Cada vez que acabo un proyecto me matriculo en un curso. Con dinero hubiera seguido arte en la Universidad Católica.
El público es quien decide.
Si me la crucé, ni la vi. No tomo atención a las cosas malas.
Esa persona tiene la fama de hacerle a todas lo mismo, pero cuando eres fuerte salen cosas mejores e inesperadas.
Que sea una mujer trabajadora.
La he llevado a Pachacútec para entregar juguetes.
Que juegue con los niños y que sepa que su mamá no la tuvo fácil.
Soy peruana, vengo de abajo y me he fajado para conseguir lo que tengo.
Oportunidades hay pocas. Lo que no debemos hacer es rendirnos. Aunque parezca que nada va a salir bien.
Me doy un tiempo.
Cocino y arreglo la casa.
Es verdad. Ambos debemos atender a nuestra hija y, si yo no puedo cocinar, él lo hace.
Soy una bendecida al poder llegar como lo hago con el pueblo.
Sí y cuando sueñas algo con tu corazón y se lo pides, Él escucha.
A ustedes y les envío un fuerte abrazo.
De la chica de Ventanilla va quedando la esencia, pero con nuevos agregados que la hacen mejor ser humano. O como diría el trovador cubano Silvio Rodríguez: ‘No es la misma, pero es igual’
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