El cómico Manolo Rojas imitó al actor mexicano Carlos Bonavides, el recordado ‘Huicho Domínguez’, durante las grabaciones de ‘El reventonazo de la Chola’ y señaló que a sus 82 años lo vio lleno de vitalidad y humildad. Además, contó que esta semana se cumple una semana de la partida de su hermano Carlos, quien era su mánager y mano derecha.
“Ha sido gratificante imitar a un gran actor mexicano, nos hemos divertido mucho, es muy humilde y, a sus 82 años, está lleno de vitalidad. Ha sido una imitación con mucho respeto, él es muy gracioso y el público se vacilará en sus casas cuando vea la parodia”, comentó Manolo Rojas, quien actualmente se encuentra afectado emocionalmente, pues el domingo se cumple un año de la partida de su hermano Carlos y tres de su padre.
“Setiembre es un mes difícil en mi vida, muy duro porque hace unos años perdí a mi padre y el año pasado se fue mi hermano Carlos, quien era mi mánager y mano derecha. Sin embargo, la vida continúa y cuido de mi familia. Sin embargo, hay que seguir haciendo reír al público”, agregó el cómico.
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ESTUVO PRESO CON ‘TRIPITA’
Hace unas semanas, Manolo Rojas, quien lleva más de tres décadas haciendo reír al país, compartió una de sus anécdotas con el desaparecido cómico de la calle, Juan de los Santos Collantes Rojas ‘Tripita’, cuando lo llevó a su natal Huaral para trabajar en la plaza de Armas, pero terminaron en los calabozos de una comisaría.
“Nosotros trabajábamos en la Plaza San Martín, Parque Universitario y, a veces, en el jirón de la Unión, pero teníamos que estar alertas porque llegaba la policía y nos detenían. Nos había pasado tantas veces que decíamos en nuestras rutinas de chistes que teníamos la llave del calabozo y solitos nos encerrábamos después de actuar. Una vez lo invité a Huaral le dije: “nadie nos va a molestar, es mi pueblo, yo allá soy Dios”, recordó Manolo Rojas.
Sin embargo, ocurrió todo lo contrario y la policía los detuvo. “Trabajamos en la plaza de Armas de Huaral, fui al baño de un restaurante y al regresar no estaba, lo habían detenido, así que fui corriendo a la comisaría y hablé con el comandante, le dije que era injusta su detención porque no había hecho nada malo, era mi amigo y que yo era un huaralino, su anfitrión. Se achoró conmigo y también me detuvo, y cuando me llevaron a la carceleta con Tripita, me dijo: ‘es la primera vez que caigo en prisión con Dios’, contó el cómico.
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