Corría el año 1987, cuando Álvaro Henríquez junto a Roberto ‘Titae’ Lindl (bajo), Francisco Molina (bajo), y —posteriormente— Ángel Parra (guitarra) daban vida a una de las más importantes bandas sudamericanas de la historia. Los Tres habían nacido y con ellos, unos ritmos que mezclaron sonidos de la música popular chilena, la cueca -principalmente- pero también otras vertientes como el jazz y el rockabilly.
Treinta y cinco años han pasado, siete discos en estudio y seis álbumes en vivo, pero la esencia rock & roll se ha mantenido intacta en una banda con una alta conciencia social y que a lo largo de su historia no se ha cansado de enviar mensajes de todo corte, políticos sobre todo, algo inusual en tiempos de poco compromiso y donde los artistas miden con cálculo matemático sus discursos para no perder seguidores.
Álvaro Henríquez y Los Tres llegan a Lima casi nueve años después de su última visita. “La última vez que vinimos fue en el 2013, más o menos. Es extraño porque estando tan cerca no podemos venir seguido. Lo mismo pasa con Buenos Aires, son lugares donde tenemos seguidores y nos gusta tocar, pero extrañamente no lo logramos. Entre México, donde pasamos gran parte del año y los nuevos compromisos, se nos ha complicado un poco”, señala en entrevista a Correo.
“Venimos en un buen momento, con un repertorio muy interesante, con canciones que la gente conoce. Hemos ensayado harto y vamos a dar un gran show”, dice Henríquez.
Hablar con Álvaro Henríquez es hablar con uno de los más importantes músicos de Latinoamérica. Guitarra y voz al servicio del rock y con una marcada influencia de los orígenes del folclore chileno.
Precisamente la banda fue una precursora al momento de mezclar cueca y rock. De hecho, el MTV unplugged fue una demostración de audacia, recuerda Henríquez, en un mercado musical dominado por lo anglosajón. “Que suene cueca en Miami fue decir, ‘nosotros somos chilenos. Venimos de una dictadura’”, dice. En ese concierto el vocalista de Los Tres usó un casco de militar chileno, para dar un mensaje también.
La turbulenta vida de los países sudamericanos, entre golpes de estado y dictaduras, también fue un ingrediente básico en los orígenes de Los Tres. En medio de esa coyuntura, la banda lanza entre 1991 y 1995, tres discos que hoy son influencia en para las nuevas generaciones que se animan a hacer rock: Los Tres, Se remata el siglo y La espada &la pared, respectivamente. “Es un honor saber que se nos considera parte de la historia del rock y que la gente escuche nuestra música”, dice. Luego llegaron, Fome (1997), La sangre en el cuerpo (1999), Hágalo usted mismo (2006), Coliumo (2010).
Álvaro sabe que 35 años de música no se logran por azar. “El 10% de inspiración, pero el 90% es trabajo, esfuerzo, paciencia y mucho ensayo”. En medio de esa historia, también hubo tiempo para otros proyectos. Los Pettinellis fue el otro gran amor de Henríquez, una banda que dio vida acaso al disco más personal de Álvaro, un álbum que coincidió con muerte de su padre, Fidel y con el nacimiento de su única hija.
“Es un disco que me representa, con muchos claros y oscuros. Con alegrías y personalidad”, comenta. Luego se lanzó a una aventura solista antes de reunirse nuevamente con Los Tres.
Aunque los años hayan pasado, Los tres continúan en buena forma y aunque la frase parezca hecha, mantienen la sangre en el cuerpo.
LOS TRES EN CONCIERTO
Día y hora: sábado 10 a las 7 p.m.
Lugar: Teatro Leguía (Av. Arequipa 834, Lince) Artista invitado: Rafo Ráez y los Paranoias.
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