La Uchulú se ha convertido en uno de los personajes más queridos de la farándula de Chollywood. Se hizo conocida por Tik Tok e Instagram, pero pronto llamó la atención de los ejecutivos de la pantalla chica, quienes la llamaron para el Reventonazo de la Chola y El Artista del Año.
Esaú Reategui Wong, quien le da vida al popular personaje pelirrojo, no trabaja solo en sus redes, sino que se apoya en sus amigos ‘La Racacha’ y ‘El Shamuco’, ambos de origen selvático al igual que ella.
En una entrevista para el diario Correo, La Uchulú reveló que Dian González, conocido como El Shamuco, también tuvo una dura historia de vida y ella llegó en el momento indicado para sacarlo de la tristeza e impulsarlo en el mundo de las redes sociales.
“Al Shamuquito lo había puesto en mis videos porque él también estaba pasando por un momento crítico en su vida. Antes de la pandemia, un 14 de febrero, yo me había ido a una discoteca y también me estaba recuperando recién de la depresión. Lo vi a él, todo apagado y triste, ya que resulta que su papá había fallecido”, contó la pelirroja.
Asimismo, mencionó que El Shamuco tenía problemas familiares y cómo lo vio triste, le propuso trabajar juntos. “Nos fuimos atrás a conversar, él se puso a llorar y es ahí donde lo invité a ser parte de este proyecto, de estos videos. Hay que ponerle alegría a la vida, yo te ofrezco esto, le dije”, agregó.
LA UCHULÚ SE CONFIESA CON TROME
Hoy brilla con luz propia en el programa ‘El artista del año’, el éxito le sonríe y es reina en todas las redes sociales, pero ‘La Uchulú’ (Esaú Reategui Wong) ha tenido una vida difícil, llena de tragedias y marcada por la separación de sus padres.
Trabajó desde niño y desde entonces se convirtió en sostén de su familia. La depresión lo llevó a intentar quitarse la vida, pero fue ese personaje carismático e irreverente oriundo de Pucallpa el que lo salvó. A sus 20 años, ‘La Uchulú’ es una de las figuras más queridas y reconocidas en televisión.
¿Qué significa ‘Uchulú’?
‘Uchulú’ es la pronunciación de mi nombre mal dicho por un niño de tres años. Yo me llamo Esaú y cuando era pequeño me preguntaban mi nombre y yo decía: ‘Uchulú’.
¿Eres de Pucallpa?
Yo soy nacido en Contamana, pero radico en Pucallpa. A Contamana se llega luego de 24 horas en lancha.
¿Cómo ha sido tu vida?
En Contamana he vivido 8 años. Después viajamos con mi familia a Pucallpa porque mi mamá se separó de mi papá e iniciamos una nueva vida. La vida no me trató muy bien que digamos.
Eres una persona que ha tenido que lucharla. La fama no te llegó gratis.
Quién no, amigo. Todos la luchamos.
Pero algunos tienen que luchar el doble, como en tu caso…
Con perseverancia, con creatividad, con mucha actitud y muchas ganas de hacer.
Cuando dices que tuviste una vida difícil, ¿a qué te refieres?
A haber trabajado desde los seis años, no haber tenido infancia. El hecho de ver que mi familia se desintegra porque mis padres se separaron cuando yo tenía ocho años. El hecho de que haya tenido muchos problemas familiares. El tener un hermano en la cárcel por un asunto muy delicado que no voy a contar. No tener una casa en Pucallpa a dónde llegar, donde vivir, qué comer.
Desde los seis años, ¿de qué has trabajado?
He vendido abarrotes, he vendido pollo, he vendido pescado, he vendido aguaje. He cargado en el puerto de Contamana y cosas así.
¿Ha habido días en que la familia no tenía qué comer?
Sí, varias veces. Con decirte que mi mamá compraba un tarrito de leche de un sol treinta o un sol cincuenta y lo preparaba en una jarra grande de agua. Prácticamente tomábamos agua con pan.
Haber empezado de muy abajo, el éxito se disfruta distinto, ¿verdad?
Claro. Yo tomo esto con gratitud, agradeciendo al público, a Dios y a mi propia madre. Esto lo hago porque me gusta y porque quiero sacar adelante a mi familia y mi mamá.
¿Cuáles son tus metas?
Mi meta con mi familia es que mi mamá tenga todo lo que no ha podido tener en su juventud. Llegará un momento en que mi mamá se me vaya y por lo menos quiero que se lleve sus hermosos recuerdos de haber hecho realidad muchos de sus sueños que de joven no pudo.
¿Y cuáles son esos sueños de tu madre?
Viajar, ir a conocer lugares del Perú y tener sus cositas que no tuvo, muebles, una tele, ver a sus hijos bien, ya no preocupada en qué comeremos mañana o qué es lo que nos hace falta, uniformes, cuadernos, esas cosas.
¿Qué es lo que te enseñó tu mamá?
Mi mamá es una persona trabajadora, humilde, respetuosa, sin envidia. Ella me enseñó a tener los valores bien puestos, saber respetar, saber de dónde vienes y, sobre todo, trabajar, ganarse la plata con el sudor de la frente. Porque si eres un haragán y no quieres hacer nada, no vas a llegar a nada. Si quieres un futuro, trabaja.
Cuando empezaste a interpretar a la ‘Uchulú’, ¿ella te apoyó?
Entrar en este personaje es escapar de mi realidad. Es dejar todos mis problemas atrás. Es entrar en un mundo donde todo para mí puede ser fácil, es real, donde puedo hacer mis sueños realidad. Y mi mamá siempre me apoyó. Aunque quizá en el inicio no lo tomaba bien. Me decía: ‘Vas a malograr tu imagen, quiero que tengas una profesión’. Yo le decía que esto puede sacarnos de apuros, esto nos va a dar frutos. Y poco a poco, con perseverancia… Yo voy en redes sociales un año y cuatro meses. Inicié en Facebook, pasé a YouTube, luego Instagram y último en TikTok, que me ha resultado mejor.
¿Cuántos seguidores tienes?
En TikTok tengo 1.1 millón de seguidores. En Facebook 2.6 millones, en Instagram 335 mil y en YouTube 213 mil sunoscriptores.
¿Es verdad que gracias a la ‘Uchulú’ muchos jovencitos en Pucallpa han aceptado su sexualidad con mayor libertad?
Es que vivimos en una sociedad en el que no se aceptan muchas cosas. Siempre habrá una persona de inspiración. Yo he tenido a muchos, entre ellos, el personaje de la ‘Chola Chabuca’. Incluso, personajes como la ‘Veneno’ (de España).
¿Has sufrido de discriminación?
¡Uf! De todo. Antes tenía el cabello largo y en la calle me decían ‘fuchi’. En un restaurante no me dejaron entrar por el cabello largo.
¿Tu sueño es ingresar a la televisión?
Por una parte, sí. Pero sería alejarme de mi familia, de mis amigos, de mi ciudad, de las cosas que yo quiero y acostumbrarme a un nuevo ambiente.
Cuando empezaste con las redes sociales, ¿Qué celular tenías?
Era un Samsung J7 el que utilizaba y ahora tengo un IPhone. Pero eso es lo de menos, amigo, la marca no hace a la persona.
Además, ¿las redes sociales qué te han permitido comprar?
Me ha permitido comprar mi cámara para poder grabar mis videos y poder tener capital para pagarle a los chicos que trabajan conmigo. Y también poder comprarme calzoncillos ja, ja, ja.
¿A los jovencitos que tienen hambre de fama, qué le aconsejarías?
Que no sigan la fama, que hagan lo que les guste, lo que les parece bien, lo que les hace sentir recontra espectacular o que les llene de mucha energía. Que no piensen en la fama porque las cosas menos esperadas llegan sin querer queriendo.
¿Tú buscaste la fama?
Yo inicié a hacer esto no por fama, sino porque quería salir de la depresión. Había intentado quitarme la vida, pero grabar, hacer mi personaje, me sacaba de mi realidad, entraba a un mundo de fantasía en el que yo era feliz. Y sin querer queriendo, como te digo, empecé a tener reconocimiento. Trabajaba en un centro comercial de Pucallpa, en el servicio de limpieza, con el tiempo la gente me iba conociendo, se tomaban fotos conmigo.
¿Fue una decepción amorosa lo que te llevó a la depresión?
No voy a dar detalles, eso queda en mí. Esa persona queda en el pasado, queda enterrado en el centro de la tierra.
Pero bueno, nadie merece tanto...
Nadie...
Debes ser una celebridad en Contamana.
En Contamana mucho me quieren. Cuando dije que iba a ir, me esperaban afuera, había policías que ponían orden. En Pucallpa me quieren mucho.
¿Cuántos hermanos tienes?
Conmigo somos 11.
¿Eres la última?
Yo la octava.
¿Cómo es tener 10 hermanos?
Normal, como con dos o tres hermanos. La gran mayoría es mayor de edad, tienen su familia en otros lados.
¿Qué quieres estudiar?
Marketing de empresas y Artes Escénicas.
Ahora, ¿Cómo estás manejando la fama?
Lo estoy tomando de una manera muy tranquila. Tampoco quiero alborotarme con todo esto. No quiero alocarme. Lo tomo de manera relajada. Lo quiero tomar normal, porque a veces salir a la calle puede ser peligroso o fastidioso para mi persona. ¿Qué tal si estoy de cólera o rabia y si alguien se me acerque por una fotito? Hay veces que no se puede controlar la ira. Después me dicen sobrada. Ahora tengo un poquito más de cuidado con mi vida privada.
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