
Elmer Alfaro, más conocido como ‘Machucao‘, llegó al set del Café con la Chevez y se confesó con todo. El recordado actor cómico narró cómo fue que tomó la decisión de emigrar a los Estados Unidos, cuando se vio en una difícil situación por sus deudas.
Además, recordó su época dorada en la televisión peruana, en la que compartió programas con reconocidos personajes como Adolfo Chuiman y la fallecida Analí Cabrera. Póngase cómodo que el café está servido...

Recuerdo que fui a Nueva York a entrevistarte y tú ya estabas en otro tipo de actividad. Acá estaba Elmer en la comicidad, pero allá se fue a hacer otras cosas, a forjarsela como todo peruano…
Así es. Definitivamente todos los peruanos que emigramos tenemos una historia, el hecho de emigrar a Estados Unidos o a Chile o a donde quieras, todos hacemos una historia, porque llegamos un poco a adaptarnos a una realidad diferente y eso fue lo que pasó conmigo. Yo acá trabajé mediante una cámara. La cámara me tomaba a mí, pero allá trabajé con la cámara, pero detrás de cámaras. Siempre la cámara me ha perseguido mira, pero veo esta maravilla de cámaras, pues obviamente me siento emocionado. Definitivamente allá comenzamos la historia, tengo mil anécdotas. Pero como te digo, cada uno tiene su historia…

¿Por qué te vas a Estados Unidos?
La historia fue que después de 19 años, casi 20, que se hizo ‘Risas y salsa’, pues llegó un momento en que todo tiene su final y se acabó el programa. Cuando se acabó el programa yo tenía muchas cosas que había comprado, mis hijas estaban en unos colegios bastante aparentes, que había que pagar bastante dinero, tenía una que estaba ya por entrar a la universidad y los gastos propios de cuando uno es artista, compromisos y cosas que ya no se podían realizar.
MACHUAO Y CÓMO SE FUE A EE.UU.
Pasó un año de lo que terminó ‘Risas y salsa’ y ese año hubo que inventar trabajos y yo soy buen inventor de trabajos. Me dediqué ese año a inventar y más o menos tenía el equilibrio, pero siempre faltaba hasta que yo… llegó un momento en que no había para viajar a los Estados Unidos. Mi esposa me dijo, sabes qué tenemos deudas en dólares y los dólares están en Estados Unidos. Había la visa, porque ya habíamos estado allá. Un buen día, nosotros vivíamos en San Miguel, llegó un sobre, era un sobre gordo, simpático, simpático no, feo en ese tiempo, porque dijimos son seguramente deudas, cosas que tenemos que pagar, y ahí llegó un pasaje de una aerolínea, que en ese tiempo creo que era Continental Airlines, que me decía que podía yo, por acumulación de millas, tener un pasaje ida y vuelta a cualquier ciudad de los Estados Unidos…
Mira tú…
¿Quién mandó eso? Lo mandó Diosito. Diosito dijo este muchacho qué va a hacer acá. Gracias a eso yo me voy a los Estados Unidos, pero no me voy a quedar, no me voy a complicar mi vida. Elmer Alfaro tenía su nombre, aquí se hablaba que iba a salir otro programa y entonces para qué me voy. Pero voy a trabajar un poquito para los compatriotas que me conocen y regreso y traigo un poco de dinero, para solventar algunas cosas.
Definitivamente hubo inconvenientes cuando llegué a los Estados Unidos. Me comenzaron a preguntar a mí para qué vienes, inmigración. ¿Para qué vienes? Vengo a visitar a unos amigos. ¿Seguro? Sí. Yo comenzaba a dar información más de la que tenía que dar y me dijeron pase al cuartito. Cuando pasé al cuartito yo me puse nervioso y hay cámaras, seguramente que me están mirando. Vinieron los de inmigración, me comenzaron a preguntar quién era yo. Bueno le dije, yo trabajo en la televisión y entonces tú vienes a trabajar. No yo no vengo a trabajar, tú vienes a trabajar, no vengo a trabajar, vengo a visitar a unos amigos. Me doy la vuelta. Por ahí se pone una persona atrás y escucho que dicen deportation…
Madre Santa, con todo lo que habías pasado…
Ese deportation, dije me habrán querido decir deportista. En mi poco inglés yo decía deportación deportista y yo venía con un maletín. Llegó un momento en que la morenita, una señora de migración, me llamó me dijo, te voy a sellar por two months. ¿Por qué? Porque siempre te dan por 6 meses, pero cuando te vayas me sellas esto de acá. Entonces yo nervioso, me tomaron fotos, me pusieron mis dedos y todo eso, yo dije que soy fichado.
Llegué a los Estados Unidos, llamé a mi esposa le dije sabes qué me ha pasado esto, que no sé qué, ya no puedo regresar, porque sí regreso ya no entro después de dos meses y qué sé yo. Ya se inventaron otras historias, fueron ellas y decidimos hacer la vida en Estados Unidos, pero esa fue la realidad, porque yo no me iba a quedar…
¿No lo tenías pensado? ¿Pero sí tenías pensado trabajar y hacer platita para poder regresar?
Claro, ahí la comunidad peruana es grande, me iba a encontrar ahí con los amigos, íbamos a hacer shows…
Siempre están los restaurantes donde se hacen los shows…
Claro. Esa fue la historia, porque yo llegué a los Estados Unidos, pero no era la intención quedarme. Mi hija estaba acá en la Universidad Católica, mis otras hijas terminando. Esa es la verdadera historia. Después acá se especuló tanto. ¿Elmer por qué se ha ido? Seguramente debe. Debía, porque llegó un momento, como te digo, que ya se habían comprado muchas cosas, ya no salía ‘Risas y salsa’, por lo tanto yo no estaba en la pantalla de la televisión. Yo estaba en la pantalla de Infocorp, por deudas. Definitivamente qué pantalla, has cambiado de pantalla, y había que generar dinero. Afortunadamente en Estados Unidos se hicieron muchas cosas y se pagó todas las deudas de acá…
MACHUAO HACÍA Y VENDÍA DULCES EN EE.UU.
Pero también la sufriste, ¿empezaste de abajo también allá fuiste mozo, lavaste platos?
Mira yo soy inventor. Yo iba más o menos preparado. Dije bueno, puedo hacer los shows, pero también puedo de alguna manera tener un trabajito adicional en algún lugar. Yo aquí antes de entrar a la televisión, al teatro, mi hermana, que en paz descanse, me enseñó a hacer unos dulces trujillanos que se llaman chancaquitas de manjar blanco y con esos dulces trujillanos yo antes de empezar en la televisión o en el teatro, yo los hacía y caminaba por las tiendas y vendía los dulces. Me hice la ruta, me iba una semana caminando por las tiendas, dejaba los dulces, me pagaban y ya la siguiente semana volvía a pasar y todo eso.
Entonces cuando me voy a los Estados Unidos, mi esposa me dice, bueno te vas a los Estados Unidos también trabaja en algo. Sí, claro le digo, no te preocupes. Allá debes limpiar, lavar platos, hacer lo que te digan, tú hazlo. Sí, le digo, bastante voy a hacer esa vaina. Más bien sácame el molde de las chancaquitas. Qué molde de la chanquita, tú estás loco, tú vas a ir qué cosa crees que Estados Unidos es como Perú, que no sé qué, que cómo vas a llevar esto. Eso era un molde de madera grande que no entraba en el maletín. ¿Qué hizo la señora? Cortó la cosa con serrucho y lo dejó en dos pedazos de madera y los puso en el maletín y eran como la base del maletín…
Creo que por eso te pasaron al cuartito…
No, parece que ellos no se dieron cuenta, como era la base del maletín. Entonces ya no revisaron más, porque entonces me hubieran dicho que es esto con huequitos que hay ahí y yo entré con ese molde. Llegué a la casa de un señor Custodio, que ya no está tampoco, y era un restaurante, porque él me había ofrecido, cuando vengas acá puedes hacer tus shows, te puedo alojar acá. Yo llegué ahí, lo encontré al señor y me dijo, correcto Elmer no hay problema. Mira, esta es tu habitación, qué sé yo y entonces yo le dije, no tendrás una olla para que me prestes, tu cocina y una cuchara de madera. Sí me dijo y para qué quieres eso, no que yo hago unos dulcecitos le digo y me gustaría hacerlos. Está bien te presto me dijo, pero debes buscar tu trabajo en alguna agencia.
Total que me prestó la cocina, me prestó la olla y yo al día siguiente había comprado azúcar, leche. Al día siguiente, a las 6 de la mañana me levanté, comencé a hacer la preparación y comencé con los dulces. Al frente había una bodega cubana. ¿Qué tiene que ver cubano con Perú? Me acerqué ahí y le dije, mire yo le acabo de comprar a usted leche, azúcar, cómpreme usted esto…
La reciprocidad…
Y el señor cubano me dijo claro, cómo no, está bien y cuánto cuestan. 50 dólares creo que costaban, le dejé una porción y seguí caminando, me enteré de los restaurantes peruanos, iba, caminaba y me reconocían, ¿Machucao qué haces acá? He venido a visitar a unos amigos, no les decía he venido a hacer dulces. Pero mira tengo esto de Perú, ya cómo no, me dejas y comencé a hacer la misma historia que yo hacía antes de llegar a la televisión. Comencé a generar dinero y me comenzó a gustar el negocio y mi esposa se quedó admirada, maravillada, no sé qué más, que yo mandaba dinero, pero no lo que debía mandar 100 dólares, 200 dólares, la primera remesa 700, la segunda 800 dólares, semanal. Y entonces qué estás haciendo, estás asaltando, qué cosa estás robando. Oye comencé a ganar dinero así y yo me quedaba con algo también, pero definitivamente sí mandaba todo por las deudas. Así fue un poco la historia de comenzar nada más haciendo los dulces, de ahí vinieron un poco los shows, de ahí vinieron cosas, fotos y qué sé yo. Una serie de cosas, hasta que a los dos meses y medio nada más, no podía aguantar más solo, porque pasé mi cumpleaños allá solo. Fui un 3 de octubre, mi cumpleaños es en noviembre, lo pasé solo, así un poco depre y en Navidad, un 24 de diciembre de ese mismo año, llegaron las cuatro, mis tres hijas y Socorro y decidimos quedarnos allá y comenzar una nueva historia, porque para mí ya era difícil venir y ellas también estaban contentas con llegar a Nueva York…

Otra historia que empezó…
Dentro de eso hay un montón de historias…
Cuando tú empiezas a tomar las fotos en el consulado, que tú estabas afuera y te ofrecen ahí también que tú trabajes como notario. ¿Cómo fue eso?
Bueno, la cosa fue así. Ya había inventado yo lo de los dulces y llega un momento en que también los dulces, ya la gente te compra también, porque son buena gente, porque eres Machucao, pero llega un momento en que llegas y te dicen otra vez, te voy a comprar los dulces, pero ya no vengas más. Y entonces llega un momento en que tengo que comenzar a inventar otras cosas. La gente viene y me pregunta, Elmer no tienes videos. No, no tengo, pero deberías tener videos tuyos de ‘Risas y salsa’, deberías venderlos. En ese tiempo era el VHS…
Menos mal que has dicho VHS, no has dicho betamax…
Oh eso era antes, todavía había el VHS y entonces yo digo, pero caramba videos y allá en Estados Unidos, en ese tiempo los programas llegaban y habían tiendas que vendían los videos. Yo no llevé ningún video de acá y me fui a una de esas tiendas y compré videos y de ahí hice una selección. Hice cuatro videos. El primero era dedicado a Adolfo, el segundo era dedicado a Barraza, el tercero era dedicado a las vedettes y el cuarto era dedicado a mí.
Entonces yo empecé a caminar. Ya no vendía dulces, ahora vendía videos. Entonces llegaba y le decía, mira compadre acá tengo unos videos, cada uno cuesta 10 mangos. Si me compras 2 por 15, si me compras 3 son 21 y si me compras los 4 a 25 para ti. Y entonces me tomaban la foto y me decían, pero autografíalos, yo los autografiaba, nos tomábamos la foto y todo eso. Se iban con sus 4 videos, a veces 1, con 2, pero ya pues.
Comencé a caminar y todos los días allá en Estados Unidos, sobre todo en New Jersey, te encuentras con peruanos siempre, levantas una tapa y hay un peruano, entras a un restaurante y peruanos, entras a un tren y ahí están los peruanos y yo también luciendo la cara para que me reconozcan. Las cosas empezaron a funcionar así, pero hay un momento en que te cansas también, que tienes todos los días que viajar y buscar y ver. Entonces digo dónde voy a encontrar peruanos y diferentes todos los días, pues en el consulado peruano en Paterson y todos los días iban peruanos diferentes, porque los peruanos no van todos los días, el mismo peruano no va todos los días, al día siguiente va otro. Entonces ahí comencé yo a ofrecer los videos…
MACHUAO TOMABA FOTOS FUERA DEL CONSULADO DE EE.UU.
La mina de oro…
Sí, entonces la gente colaboraba con los videos. Les decía que era para los niños pobres, sí los niños pobres de mi casa. Videos, videos y mira ahí está Machucao vendiendo los videos, la foto y todo eso, hasta que también me comenzaron a preguntar en el consulado donde se toman las fotos, porque les pedían las fotos para el DNI y todo eso. Entonces me preguntaban a mí, Elmer no sabes dónde se toman las fotos, Machucao. No, yo no sé.
Entonces comencé a ver qué se necesitaban fotos. Seguí a uno de los que le había pedido fotos a dónde se iba y entró a un sitio, vi la cámara, la miré bien, le vi la marca. En ese tiempo yo no sabía nada de fotografía ni nada por el estilo. Entré a Internet, ya había Internet, y vi dónde vendían la cámara, un sitio lejano como a dos horas. Había que viajar y me fui a comprar esa cámara con mucho nerviosismo 600 dólares, hace 25 años y había que comprar la cámara, porque me parecía que era un buen negocio, yo ya había visto que a mucha gente le pedían las fotos. Compré la cámara y a los dos días recuperé esos 600 dólares.
¿Y así de la nada, así te aventuraste? Porque tampoco sabías nada de fotografía ni nada…
Y a la semana gané plata y ya. Las cámaras ahora son una maravilla, estas cámaras, que son especialmente para pasaporte, ya vienen reguladas a la distancia que vas a tener que tomar. No había mucho problema y comencé a tomar las fotos y así comenzó esa operación de recursero, de crear ya no, porque en mi oficina ahora no solamente se toman fotos, ahí vinieron muchas cosas más que hacemos, ya te contaré…
Eres notario. ¿Ahí es que te ofrecen, a ti te dicen o es una iniciativa tuya para convertirte en notario?
No, bueno con esto de las fotos comenzó que la gente iba a tomarse las fotos. Primero, esto sucedió en el edificio, pero en las afueras en los pasillos. Después de eso sucedió que un señor, ahí dentro del edificio, que tenía un Deli o un Snack Bar y ahí comencé yo a tomar las fotos. Ya había gente que veía que los peruanos se me acercaban y me pedían fotos y en Estados Unidos no es el hecho que haya reuniones o grupos ni nada por el estilo. Entonces quién es este, por qué se toma la gente fotos con él. El supervisor del edificio, el súper un poco intrigado, no, no, no, no fotos. No, no.
Llegó un momento en que hasta me quisieron sacar del edificio y me sacaron del edificio. Entonces ahí me sentí un poco triste, porque ya estaba fuera el edificio y no podía tomar las fotos. Ese día también a Socorro, a mi esposa, la habían sacado del trabajo, se quedó sin chamba ella y yo, los dos. Entonces le digo, pero no hay que desanimarnos. Vamos a Nueva York, porque nosotros estábamos en New Jersey, nos fuimos a la Estatua de la Libertad nos tomamos fotos ahí y le digo yo no puedo perder este trabajo de las fotos, es un trabajo que funciona bien le digo y yo voy a ver la forma. Y me fui al frente del edificio a una peluquería y en esa peluquería, recién la iban a abrir y le dije al dueño mire yo necesito solo una pared blanca, nada más. Ya me dijo, te rento, me dijo 300 dólares a la semana, 350 dólares, no me acuerdo, y me dijo en esa pared blanca tú puedes trabajar.
Entonces yo salía de la peluquería, que daba al frente del edificio, salía de la peluquería y veía que bajaba un peruano, que llegaba un peruano, porque nosotros somos pues especiales, nos reconocemos de inmediato. Entonces foto, foto. Parecía llenador de combi yo, foto, foto, foto y la gente venía se tomaba la foto. Y entonces a mí me preguntaban, porque conversaba con gente de acá, de Perú, y me decían dónde estás, qué haces, dónde trabajas. Estoy frente al consulado peruano les decía yo. Ah caramba, qué bien, estás al frente del consulado. Sí, al frente del consulado peruano, pero no sabían que estaba tomando las fotos y listo. Así fue esto y poco a poco, como te digo, regresé al edificio, porque el súper se dio cuenta que yo era una persona que quería trabajar y me dijo un día, mira yo veo que tú eres una persona que quiere trabajar, growing, tú estás creciendo y me dijo sabes que acá hay una oficina en el piso 14, yo no sé si tú lo puedas pagar, pero te doy esa posibilidad.
Fui, conocí la oficina, me pareció interesante, había que chequear monedas. Le comenté a mi esposa y ella como es así tan especial me dijo, Elmer no la rentes. No la rentes, tú estás loco, cómo se te ocurre, te vas a meter en una deuda. No rentes eso. Yo le dije sí la rento y la renté. Yo dije aquí voy a vender las fotos, aquí vamos a hacer minutas para poderes, aquí vamos a poner frijol canario, vamos a poner ají amarillo, Sublime, chancaquitas, todo y va a salir…

MACHUAO FUE NOTARIO EN EE.UU.
Era un súper market…
Claro, es que iban ahí los peruanos. Una camiseta de la U, una camiseta de Alianza, algo había que poner acá y entonces vamos a vender. Y de verdad que sí comenzó a caminar y en ese subir al edificio, es un edificio medianamente federal de autoridades del Estado y todo eso, había la oficina de una congresista del Estado. Me conocía el personal que trabajaba con ella también y vieron que mucha gente se me acercaba. Entonces me preguntaron ellos si no me gustaría ser notario.
Yo tenía la idea de los notarios de acá. Claro que me gustaría le dije. Vaya por la oficina, me dijeron. Oh vaya por la oficina, pasó un mes, dos meses, qué voy a ir a la oficina. Voy a ser notario yo, están locos
Porque tú eres psicólogo, ¿verdad?
Yo estudié Psicología, me recibí de psicólogo en la gloriosa Universidad Inca Garcilaso de la Vega, en la avenida Arequipa 1110. No, no, eso es Panamericana, en la cuadra 36. Y entonces pasaron dos, tres meses y me vuelvo a encontrar con la misma señora que trabajaba con la congresista. Señor no ha subido usted, lo estamos esperando. Ya, sí, sí claro voy a ir, mil disculpas he tenido muchas cosas que hacer.
Pasó un mes más y me encuentro solo con una de ellas, estaba en el ascensor y me dijo señor por qué no quiere usted subir. Me sinceré con ella. Entonces, no se preocupe, me dijo, el cargo de notario aquí en los Estados Unidos es un cargo de confianza, no es como en su país. Nosotros podemos chequear su récord y si usted no tiene ningún problema legal, usted puede ser notario, porque yo veo que a usted la comunidad peruana lo conoce mucho. Bueno, le dije, le agradezco mucho, si es un cargo de confianza yo me voy a acercar. Bueno, llegué a la oficina, me dijeron, a ver señor Alfaro deme sus generales y todo me chequearon. Usted está bien. ¿Qué hacía en su país? Bueno yo me he desempeñado como como artista. Ah con razón lo conocen, firme usted acá.
Afortunadamente a los 15 días me llegó el nombramiento de notario. Le agradecí a la persona, me dijo señor Alfaro así como usted tiene un récord limpio, usted tiene que seguir así. Aquí no se firman documentos, porque se los traen. No, usted tiene que ver firmar a la gente. Claro, como no, documentos que tienen que hacer, me dieron la cartilla. Seguí un curso para estar en orden en todo esto y me hice notario público de los Estados Unidos, donde se usa el derecho anglosajón. Es un derecho un poquito más libre. El romano es más estricto, es el que se usa acá, por eso el notario tiene que ser abogado. Allá es otra la temática. El notariado en el Perú también comenzó para personas de confianza, no eran las personas que habían estudiado, sino la persona más idónea del pueblo que podía dar fe de muchas cosas. Así fue comenzar el ser notario en los Estados Unidos, tengo ya desde el año 2004 hasta la fecha, van a ser 21 años. 21 años de notario, en mi oficina se hacen poderes, que antes solo se podían hacer en el consulado, se pueden hacer conmigo, por el convenio de la apostilla de La Haya. Es un convenio firmado entre 106 países del mundo, que han convenido que un documento previamente firmado por autoridades del Estado emisor, tengan valor en otro Estado que lo recepciona. En ese sentido mi firma es la primera, porque soy el notario que da fe de la firma de los señores, pero el Estado es el que legaliza la firma y mi jefe de notarios. Entonces ese documento puede venir al Perú, puede ir a Colombia, a Chile, porque nosotros hacemos poderes para todo el mundo, a Europa, España, son 106 países y esas autoridades verifican la autoridad que lo firmó, que en ese caso es el estado de New Jersey, donde yo vivo y pues tiene validez el documento y se rige en el Perú por la ley 29 445, ley que suprime la legalización diplomática y consular de los documentos públicos que viene del extranjero. He dicho, caso cerrado…
Ay por Dios. Qué interesante, qué bonita historia de superación, de querer siempre salir adelante, porque así somos los peruanos, cuando más se nos cierran las puertas, más ganas le ponemos…
Así somos los peruanos. Y cómo te digo, fue la fotografía, los dulces, la oficina. En la oficina se hacen divorcios. Va mucha gente de acá, que ya se separaron o que definitivamente se quedó el esposo por allá o la esposa por allá o qué sé yo. Entonces se tienen que hacer divorcios en el Perú.
¿De la farándula has divorciado allá también o no?
No, esos no van.
¿Se esconden? Porque hay bastantes artistas también por allá…
Algunos, no muchos. Estuvo Karen América, que ahora está por acá…
Rosita Cabrera sigue por allá…
Rosa, Aurora, pero no son muchos. En algún momento hicimos hasta una obra de teatro, con Rosa, con Karen, Pablo López también, que es un actor de Histrión y yo. Hicimos una obra que se llamaba ‘Será un salto a mi marido’, que uno extraña de verdad. Lo digo sinceramente, estoy muy agradecido a Dios por todo, porque me dio la posibilidad de desarrollarme en los Estados Unidos. Todo esto que te estoy contando definitivamente no soy yo, es Dios Padre Todopoderoso que guía nuestro camino. Eso es así. Él es el que nos guía, Él es quien nos da la visión, la posibilidad de desarrollarnos y afortunadamente la familia creció allá. Nos fuimos cinco, ahora somos como 25…
¿Tienes nietos, cuántos nietos tienes?
Seis nietos, empezando de menor a mayor Adrián, Matías, Amelia, Alonso, Victoria y Sebastián. El menor 2 años, va a cumplir tres y el mayor 17, soy su hincha, el fútbol lo juega muy bien.
Y todos los niños son muy lindos. Matías es muy inteligente, Alonso muy intrépido, Amelia bailarina, Victoria es una gran jugadora de softball y Adrián es un ángel. Ellos nos dan la fuerza Ellos nos dan ese valor para seguir, para creer, para vivir bien…
Elmer hemos hablado de esa etapa tan bonita y ya eres una persona que está ya cimentada…
No preguntes cosas complicadas ah, no te me prendas tampoco…
Pregunta todo (Socorro, la esposa)
Ya me dio el check, pregunta todo…
Qué graciosa. Pregunta todo, es porque quiere saber ella lo que no sabe…
LA NIÑEZ DE MACHUCAO
Tu niñez es en La Libertad, ¿verdad?
Sí, en Otuzco. No, no, no. A ver. Yo nací en Otuzco, en La Libertad y tuve la bendición de Dios que me trajeron a los 2 años a Lima. Yo tuve la suerte de nacer allá, pero toda mi vida la hice acá.
¿Y cómo ha sido tu niñez?
Ay mi niñez. Mi niñez ha sido bonita, porque a pesar que salí del lugar donde nací desde muy pequeño, me crié acá como hijo único. Entonces mi madre, Doña Hilaria Berta Quipuscoa Cruz, que en el cielo está, me cuido mucho, me dio todas esas herramientas, todos esos sentimientos de querer cuidar mucho a los hijos y ella lo hizo así conmigo. Esa misma enseñanza se la he llevado yo a mis hijas y esa misma enseñanza la están llevando ellas a mis nietos.
Ella me enseñó mucho en la vida. Creo que ese ha sido el ingrediente básico de mi niñez. Me eduqué en el colegio Santo Tomás de Aquino, soy de la promoción 71, a todos mis compañeros, un saludo especial para todos ellos. No puedo nombrar a cada uno, porque éramos 60 en cada aula, dos aulas 120. Pero a todos los quiero, era un buen colegio. Mi mamá me tomaba fotos, me vestía bonito. Soy un palomilla de ventana, no salía mucho a la calle. Yo salí, porque llegó un momento en que ya me daba las libertades propias de un niño de mi edad…

¿Tu papá no estaba presente?
Mi papá trabajaba mucho y como trabajaba mucho, la que más me cuidaba era mi mamá, pero con mi papá no había esa ligazón, por eso hablo mucho de ella. Aún así mi padre, Don Enrique Alfaro, una muy buena persona, muy sociable, muy correcto también. Me enseñó muchas cosas con las cuales yo me he sabido formar en la vida, al final lo que pasa es que ellos se separaron y lógicamente me quedé yo solo con mamá. Por eso es que ella marca más mi existencia…
¿O sea con mamá no tuviste más hermanos o sí?
No, no tuve más hermanos. Yo tengo más hermanos después, porque aparecieron unos hermanos en el norte y los tuve que adaptar a mi vida de hijo único. Toda la vida yo había sido el único y eres la única persona que existe en el mundo. Lo cierto es que había como nueve, vinieron en mancha…
Te cayeron de golpe…
Sí y entonces dije bueno, hay que conocer a la familia. Fui a Trujillo y los comencé a conocer, pero desafortunadamente los sentimientos se van haciendo en base a experiencias, a vivencias, a cosas propias del diario vivir y eso no lo tuve yo con ellos. Hay un amor biológico, un amor emocional, pero no hay esa ligazón de la hermandad, que debería haber y que yo definitivamente lo digo, aquí en público, para todos ustedes, yo los quiero mucho a mis hermanos, quiero por siempre estar con ustedes y vivenciar igual que ustedes cada momento de su vida. ¿Tú tienes hermanos?
Sí, una hermana, dos hermanos…
¿Y cómo eres con tu hermana?
Mi vida…
Oye di, habla pues, te pasas, ¿no? Como jóvenes, eso no hay con mis hermanos. Voy a comenzar a hablar más lisuras con ellos…
Te entiendo perfectamente. Tú has dicho ahorita que has sido palomilla de ventana, o sea mamá te cuidaba, ¿pero tú te escapabas entonces?
No, pero siempre veías tú de fuera. O sea, no eras ese palomilla que va y tira la piedra en la ventana y se corre o que rompe una luna. No, no, no, no era eso. O ese que sale a la calle y se queda con los muchachos ahí hasta altas horas de la noche, no. No he sido así.
Tranquilito. ¿O sea con ventana y palomilla, sin llegar a lo otro?
Sí, pero definitivamente yo te digo, no he sido ese palomilla así medio malogrado, no.
¿Medio malogrado?
Medio malogrado sí, pero no completo. Eso de jugar en la calle, eso te da pues calle, yo más bien he aprendido a tener calle en la televisión. Ahí he aprendido a tener calle, ahí aprendí muchas cosas buenas y malas también…
Buenas, ¿qué fue, el compañerismo?
Sí claro. Eso de las malas te digo, porque cada uno sabe cómo se maneja, ¿no? Tú lo has llevado a tomar a mi esposo, no, el esposo fue porque quiere…
Claro, nadie te va a poner una pistola…
Claro. Así que poco a poco, tú tienes que ir evaluando también, equilibrándote, saber hasta dónde llegas, hasta dónde vas y qué haces.
Pero tú eres puntual, ¿no? Llegabas a las grabaciones puntual…
Gracias por hacerme esa pregunta. Chistosa eres, ¿no? Te me prendes. Se puede decir todas esas cosas, claro que se pueden decir. Yo no soy seguidor. Te habrás dado cuenta que yo soy muy independiente. Entonces, hay cosas que fastidian. El único lugar donde he sido seguidor ha sido en el teatro, porque ahí el director te dice una cosa y tú la haces, la sientes, porque la quieres sentir. Tú eres actor, porque puedes hacerlo. El director te guía, pero cuando te dicen párate, siéntate, ven acá a las 4 de la mañana, a las 3 de la tarde. Sabes qué eso no me gusta. Entonces ya te quitan un poco tu independencia y en la televisión, no puedo decir nombres, pero te citaban a las 8 de la mañana y la persona que tenía que empezar a hacer toda la parafernalia, que es el director, llegaba a la 1 de la tarde y eso me parecía de lo más injusto y yo rebelde, porque siempre he sido rebelde pues, llegaba a las 10:30 a las 11. Oye no te han citado a las 8. Sí…
¿Y te descontaban?
Sí, había el descuento. Había la mochada, los problemas y todo eso. Pero bueno llega un momento en que también tú dices, no puedo seguir en esto y ya tenías que llegar a las 8 de la mañana. Tocaste el tema de la puntualidad y ahí está. Al teatro sí no. En el teatro tú tienes que estar a tu hora y todo.
Y ahí es que conoces a Socorro, en la televisión, a tu esposa, ¿no?
Sí en la televisión, por eso te digo la televisión me ha dado cosas buenas y también malas…
¿Cómo, cómo, cómo? A ver, recapitula por favor…
Por eso, me ha dado cosas buenas y cosas malas, pero no he dicho que Socorro sea una cosa mala, al contrario. Entonces ahí conozco a la maquilladora. Llegó un momento en que recién entraba, yo era un Novato en la televisión. Como todo novato llegas a jugar en las grandes ligas, llegas a jugar con los mejores artistas del medio, a actuar con los mejores artistas, que en paz descansen, Don Alex Valle, Antonio Salim, Esmeralda Checa, Alicia Andrade, gente que yo había visto en la televisión y llegas a eso. ¿Cómo vas a llegar a eso tú, que recién empiezas?
Antes de llegar a eso, yo había estado en Histrión, había hecho un trabajo en Histrión por el cual a mí me convocan a la televisión. En ese tiempo el director de ese grupo de jóvenes de Histrión era Efraín Aguilar y tenía yo otros profesores Don Ernesto Raez, Carlos Velázquez, Adolfo era mi profesor de expresión corporal. Hicimos una obra que se llamaba ‘El pedido de mano’, de Antón Chejov, mi nombre ahí era Iván Vasilievich Lomov y yo iba a cortejar a una dama que se llamaba Natalia. Entonces gracias a eso, a ese tipo de trabajo que hicimos ahí, Efraín Aguilar me llama y me dice, mira voy a ser director de un programa de televisión y quiero que vengas conmigo. Pero maestro usted me ha enseñado a mí que el teatro es el arte y que la televisión es la prostitución del arte. ¿Cómo usted me ha dicho eso y ahora me quiere llevar a la televisión?
¿Y tú no querías ir a la prostitución? No querías, no querías…
Yo no voy, fiel a mis principios. Me dijo vamos a la televisión. Es más tengo dos programas, me dijo, uno es en el 7 y otro es en el 5. Vamos nomás a la televisión. No le digo, además yo no, no creo para la televisión. Vamos me dijo. ¿Pero cómo y la prostitución? No me dijo, no te preocupes. ¿Sabes una cosa? Aquí es para ganar plata, el resto son huevadas…
Ese Efraín, cuándo no…
Ya pues vamos. Para el canal 7 me dijo. Canal 7 no lo veía nadie, pero bueno pues. Ya voy al Canal 7 y no sé qué pasó, él tampoco nunca me explicó bien, no sé qué pasó y me dijo lo del 7 ya están completos vas al 5. Al 5 pucha, el 5 ya era otra cosa. Tengo anécdotas en el 5. Yo quería ser actor desde pequeñito. Desde cuando estaba en tercer año de media le digo mamá, quiero ser actor. No me dijo, hijo los actores son bonitos, tú no puedes ser…
Qué sincera tu mamá…
Pero yo quería ser actor y un día me fui a la puerta de Canal 5 y veía pasar a los actores. Me sentaba en la baranda ni siquiera estaba yo abajo, estaba en la baranda, donde estaba ya la puerta y pasaba Orlando Sacha, con un gorro así tipo como mago. ¿Qué estaría grabando? Lo miro y él me mira, nos miramos y me dijo hola y me dio la mano. Hola, le dije y se metió y yo me quedé ahí, impresionado, porque era Orlando Sacha, me había dado la mano…
Era uno de los primeros actores…
Tercer año de media. Y bueno sigo con lo de Canal 5. Entonces me dijeron vamos al Canal 5. Él me dijo, el de la prostitución, vamos a Canal 5 y llego ahí y veo a todo ese elenco impresionante y me pongo un poquito atrás. Yo cómo voy a estar yo con ellos y el director comenzó a dirigirse a todos, que no sé qué y yo ni silla tenía.
Entonces yo sabía lo que era maquillaje, porque en Histrión nos había enseñado, don César Urueta, que en paz descanse. Definitivamente ya yo sabía todo eso y yo dije, acá me tendré que maquillar solo y el día de la grabación había que subir a maquillaje. Yo no subía, porque me daba vergüenza, además las maquilladoras eran muy especiales, maquillaban a sus artistas favoritos, se quedaban ahí les ponían los ojitos y qué sé yo, los peinaban y todo eso. Yo no pues, cómo voy a hacer eso y el director, no lo han maquillado a este caramba, que venga la maquilladora y me maquillaban ahí abajo antes de empezar el sketch. Un día subo de casualidad, porque ahí al costado quedaba el baño. Subí al baño y veo a una joven que no estaba con mucha eticosidad con los artistas, cumple con su trabajo y era más o menos de la misma edad mía y voy y me siento y me dice un momentito, el señor está antes. Me paré y espere mi turno, porque más o menos la veía como de mi edad y me comenzó a maquillar.
MACHUAO Y CÓMO CONOCIÓ A SU ESPOSA
Socorro me comenzó a maquillar y ese nombre, no sé por qué, siempre me había impactado. Yo tenía una tía que se llamaba Socorro, pero me pareció raro, interesante Socorro y Socorro se quedó grabado acá. Comenzó a maquillarme, a echarme los polvitos por acá, por acá, poco a poco se fue pasando también. Dije me quedo con esta y ya poco a poco fuimos conversando y nos hicimos, un poco amigos. Bajaba ella cuando la solicitaban en el set y yo me sentaba en una banca que era parte del sketch y ella también se sentaba en la banca y comenzábamos a conversar y ahí fue comenzando toda la historia.

Y ahí está después de 42 años en la misma historia, pero la pasamos bien, porque hemos pasado una prueba hace poquito, 18 días que estamos acá en Lima y hemos estado bien no nos hemos aburrido…
¿No se han jalado los cabellos ni nada?
No, nos hemos ido de paseo, hemos ido a comer, hemos ido a pasear. 42 años y bueno ahí estamos…
Son 42 años…
42 años. Además ya no se puede hacer nada, ella también dice lo mismo
¿Socorro y cuando estabas ahí maquillándolo y veías a alguien coqueteándole qué hacías?
No, ella te dice ahorita pregúntale lo que quieras, porque quiere saber…
No le contaste que Adolfo comenzó a decirte Machucao tú estás subiendo por la maquilladora (Socorro, esposa)
Claro, pero es que Adolfo siempre es bocón. Él habla cualquier cosa. Lo cierto es que hemos pasado esa prueba y así fue como la conocí. Ahora como te vuelvo a repetir a la vuelta de todos estos años, la familia ha crecido. Una familia que comenzó chiquita y yo siempre hijo único, como te dije hace un rato, pero poco a poco con el favor de Dios fuimos creciendo. Y ahí estamos en los Estados Unidos ahora…
MACHUAO Y EL SKETCH CON CHUIMAN
¿El sketch con Chuiman?
Eso fue una suerte…
A eso iba. Ese sketch marcó mucho en la televisión y hasta ahora la gente te recuerda, te reconoce. Ah y las mujeres que no sé qué y no sé qué…
Llega el novato y el novato no quería, no me daba la emoción para acercarme a los grandes. Y entonces me dan un sketch que se llamaba en un principio ‘Los pícaros’, donde funcionaba Adolfo. Él tenía su nombre ahí, decía Manolo, y al otro como no sabían quién iba a ser le pusieron actor 2…

El actor 2…
Yo era el actor 2. Cómo qué pícaros no podían ser los actores de gran trayectoria, porque ya no estaban en edad de ser pícaros. Ese muchacho que está ahí, a ver que venga ese. A ver, si, sí puede ser pícaro o sea muchachos del barrio eran y Adolfo pues tú sabes que siempre…
Breña…
Breña pues, que no sé qué, apúntale la placa. Entonces yo también pues. Yo no decía apuntar la placa, pero decían tú no vas a ser el vivo. Él va a ser el vivo y tú vas a ser seguidor del vivo, el que le va a decir no lo hagas. Yo estaba clavado en ese personaje. Entonces comenzamos a hacer los sketch y todo y los grandes, los actores de trayectoria comenzaron a tener cierto fastidio…
Uy, no te puedo creer…
Porque se demoraban un montón con nosotros. Era como tu fotógrafa, que me ha tomado 500 fotos, repitan que no sé qué, otra vez que no sé qué. Igualito, así que con el sketch de nosotros empezábamos a las 8, cuando recién comenzó el programa y a las 4 de la tarde recién acababan con el sketch de nosotros y desde las 4, hasta las 8 que duraba la grabación, en 4 horas hacían el resto. Ya van a grabar, que no sé qué, pero a nosotros nos cuidaban como oro y decían, ahí están los actores pues, los actores. Esa Fue una suerte mía, que llegué a un sketch que fue una revolución…
¿Ahí es que nace el Machucao, ahí es que te dan el nombre?
Claro. El actor 2 ya, Manolo y tú cómo le vas a decir. Bueno, todas estas son experiencias, vivencias que uno tiene. En las reuniones de Histrión había actores de talla, de mucha trayectoria. Uno de ellos era el señor César Urueta Alcántara, que me enseñó maquillaje y actuación. Llegó él un día a la reunión, una reunión de amigos, de Histrión y dijo llegó papá. Yo dije este señor por qué se dice papá y todo el mundo le decía que bien, que no sé qué, que no sé cuántos. Nadie le dijo papá, pero él solo se auto título. Cuando estábamos en este sketch, de la televisión, me dice no te preocupes hermano, pero Manolo cómo vas a hacer eso, no, no lo hagas por favor. No te preocupes, yo soy el que hago las cosas. ¿Tú no sabes quién soy yo? A raíz de esa vivencia que había tenido yo le digo papá. Y el otro después se dice él solo, ¿quién soy yo? Papá. ¿Con quién estás? Con papá.
EL ORIGEN DE MACHUCAO
Eso le encantó al libretista y quedó. ¿Quién soy yo? Papá. ¿Con quién estás? Con papá, que hasta un programa se hizo con eso. Esa fue un poco la historia, pero el Machucao, cómo aparece Machucao, porque él era Manolo. Yo soy de Trujillo, iba en las vacaciones a Trujillo y allá se vendía la raspadilla. El bloque de hielo, con un raspador, con ese raspador lo metían en un vaso, sacaban la forma del vaso, del hielo, le echaban jarabes y eso era un machucado
Ah, no sabía que se llamaba así…
Así se llamaba ahí en Trujillo, en El Porvenir. Y ahí alguien dijo, este se llama Manolo y a este cómo le vamos a poner. Petiso, retaco, enano, media vida, todo eso era muy común, todo el mundo sabía. Y yo dije Machucao. Machucao, feo suena eso. ¿Machucao? Ya pues, ponle Machucao y quedó, porque rimaba bien Manolo y Machucao. Y comenzó a crecer.
Y bueno pues, la gente a veces me dice Machucao y se esconden, porque dicen eso no le va a gustar. Lo cierto es que yo les digo, tú no te preocupes, no tienes por qué saber mi nombre correcto. Si tú me dices Machucao yo voy a voltear, si tú me dices Elmer también voy a voltear. Lo que sea, pero definitivamente de ahí vino Machucao. Sí sonaba feo, pero después se hizo bonito. ¿Quién es Machucao? La gente, ah sí uno que trabajaba en televisión, que no sé qué…
Vamos a hacer una dinámica. A ver qué opinas y lo primero que se te venga a la memoria me lo dices. ¿Machucao? Tu personaje, ¿ese personaje es toda tu vida?
Es muy importante en mi vida, pero no creo que sea toda mi vida. El actor, como me enseñaron ahí en Histrión, tiene que ser capaz de hacer todo. Puedes ser rey, el Rey Lear, Enrique IV, puede ser Savonarola, puede ser lo que te manden, qué sé yo, Iván Vasiliévich Lomov. Entonces, sí es un personaje que lo acaricio, me ha dado muchas satisfacciones, pero no lo es todo. Es una parte importante.

¿Adolfo Chuiman?
Es mi amigo, mi compadre. Él es padrino de mi hija.
¿Padrino de tu primera hija, la mayor?
Sí, de la mayor, de Verónica…
Qué bien. Qué chévere, familia todo siempre. A ver, ¿Efraín Aguilar?
Un señor muy amable, que me llevó a la televisión. Un actor, un director, buen director. Agradecido yo por su visión, pues me permitió a mí llegar a la televisión y bueno un abrazo fraterno para él.
¿La prostitución?
El canal de la prostitución, pero así nos decían, la televisión es la prostitución del arte. Te dicen cuánto cobras y ya das tu precio y ya pues…
¿Rodolfo Carrión?
Que en paz descanse. Amigo. Me acuerdo mucho de él. Un día que íbamos justo a estrenar una obra de teatro y me dice, nervioso yo, íbamos a hacer la obra ‘El pedido de mano’, y me dice cómo estás. Ay no sé cómo voy a subir al escenario. No te preocupes me dijo, tú sabes el libreto el público no lo sabe. Cualquier cosa que te olvides qué sé yo, improvísalo y el público no va a saber…
No se va a dar cuenta claro. Gran enseñanza. ¿Y Socorro, tú maquillabas a Analí en ese tiempo, ya eran pareja con Rodolfo?
Ellos se casaron en la misma época, Aurora (Aranda) también (Socorro, esposa)
El amor en ‘Risas’, viste también era risas y amor…
Sí, sí, llegó ese ambiente, esa temporada de matrimonios…
¿‘Risas y salsa’?
El programa que me llevó a mí a la popularidad. Un programa donde hubo muchos amigos, muchas vivencias que me hicieron abrazar la popularidad. Podría decir el éxito, pero creo que éxito es algo más grande. 19 años de compartir con mucha gente a la cual yo le tengo mucho respeto y mucho cariño…
¿Aldo Vega?
Ah que en paz descanse. Él fue libretista, el que hizo el sketch de los pícaros y que me dio a mí la oportunidad, cuando me vio trabajando en Histrion. Me dijo tú hacías el papel del ruso este, pero era un ruso que iba a pedir la mano y entonces me dijo, no sé si tú estabas nervioso o estabas de verdad actuando. Pero me dijo, me impactó lo tuyo, por eso te llevé a la televisión…
Mira tú. ¿Guillermo Guille?
Un buen director, una persona que definitivamente marcó mucho en la televisión peruana. Creo que hizo muchas cosas, a veces sin tener el material, pero supo desarrollar un programa…
Yo me acuerdo que Karen, creo que lo contó aquí, que el personaje de la Gaga, él escuchó cuando estaban en maquillaje y de ahí le nació la idea de ‘La familia defectos’…
Sí, si. Él era una persona que daba mucha libertad. Llegabas tú al ensayo y te preguntaba bueno, que sabes, que has vivido, cómo estás. Entonces tú le comenzabas a contar y de ahí sacaban los sketches, de las vivencias…
MACHUCAO Y ANALÍ CABRERA
¿Analí Cabrera?
Mi compañera de trabajo. Podría decir yo que empezamos con ella en la televisión. Muy amiga mía, tenemos anécdotas grandes con ella…
¿Qué recuerdas con ella, alguna anécdota?
Vivíamos en Barranco y ella estudiaba en Histrión junto conmigo y tomábamos el mismo bus, la Línea 2, que pasaba por Barranco. Yo la tomaba antes y ella la tomaba después y nos dirigíamos a los ensayos de Histrión. A veces yo le invitaba el pasaje, a veces ella me invitaba. Hubo un tiempo que yo le decía, pero Analí estoy invirtiendo mucho en ti. Y bueno ahí nos hicimos amigos, trabajamos juntos en el teatro, en la televisión y desde siempre, ella fue muy buena compañera…

¿Estados Unidos, Nueva Jersey?
Estados Unidos es un país noble, que me dio la oportunidad de salir adelante, de trabajar. Un país diferente, un país que admiro mucho, que me ha dado a mí muchas satisfacciones…
¿A quién no le invitarías una chancaquita?
¿A quién no le invitaría una chancaquita? No, no. Yo no guardo rencor para nada, con nadie, no. Creo que yo siempre me he chocado con buena gente. Todos son buena gente, hasta que me demuestren lo contrario y simplemente pues, me aparto, pero nada más…
Mejor a la distancia, ¿no es cierto?
Sí, sí. A todos les invitaría chancaquita, más si pagan, mejor todavía…
¿Volverías a trabajar en la televisión?
Sí, claro me gustaría…
¿Sueñas con eso?
Sí he soñado, pero ya sueño menos, porque la veo distante. Vivo en Nueva York, está lejos. Pero sí me gustaría claro, me encantaría…
Efraín está en conversaciones con Adolfo y están como que de nuevo queriendo hacer algo, de repente como invitación podrías estar ahí…
Claro, claro. Además, Perú es mi tierra y yo vendría con todo gusto…
La tierra es la tierra, la sangre es la sangre, siempre. ¿Notario o comediante?
Yo puedo hacer de todo y lo hago bien…
A ver la última. Si tuvieras la oportunidad de hacer una escena de amor, ¿con quién te gustaría hacerla?
Con quién una escena de amor. Tiene que ser algo bien bacán, porque si no imagínate. Felizmente que no me has puesto nada nacional, no sé con quién…
Imagínate una escena de amor, donde vas a entregar todos tus sentimientos, toda tu pasión…
¿Quién sería? No, pero tiene que ser artista. No sé con quién. Shakira sería claro…