Con casi 35 años caracterizando al expresidente Alan García, el destacado humorista y líder del programa ‘Oe, ¿es en serio?’, Carlos Álvarez, contó que el líder aprista tenía ‘muy buena correa’ porque nunca evidenció alguna molestia, sino al contrario, pues en más de una oportunidad lo felicitó por la imitación que hacía en los escenarios.
¿Desde qué año imitaba a Alan García?
Desde su campaña del año 84. La primera vez que lo imité fue en ‘Trampolín a la fama’ y luego lo hice en el Coliseo Amauta, donde hubo más de 15 mil personas. Una vez nos encontramos, me dijo que apreciaba mucho mi imitación e incluso lo invité a un aniversario en el Teatro Canout.
¿Tenía ‘buena correa’?
Sí. Estoy agradecido con la ‘correa que tenía’, porque le ‘tomé el pelo duro’ y me dijo que mi imitación era muy buena. Una vez me dijo: ‘Usted es un buen artista, Álvarez. Me gusta mucho su arte, pero hay un detalle que no me gusta’. Le dije cuál era y me respondió: ‘Lo malo es que usted jode mucho’.
O sea, también tenía buen sentido del humor…
Hubo un tiempo en que estaba un poquito gordito, pesaba casi 88 kilos y me dijo que no era necesario que me ponga un vientre (acolchado en la barriga), porque íbamos por ahí en peso. Se carcajeaba y se burlaba de mí.
¿Qué era lo más complicado de imitar a Alan?
La altura, porque yo mido 1,67 cm. y era muy complicado por su gran estatura. Tenía que hacer trucos en televisión. Otra de las cosas complicadas era tener la barriga abultada y la forma de caminar que tenía.
¿Seguirá imitando al personaje de Alan?
Hay imitaciones que trascienden, pero este ha sido un trágico final. Dejaré el personaje en el baúl, por un tiempo. Es por un tema de respeto a la familia y militantes apristas. El personaje de Alan era camaleónico, es uno de los más ricos y polémicos que he interpretado.