Su ubicación es estratégica. A él llegan choferes de buses y taxis, así como pasajeros sedientos que buscan refrescarse para seguir el camino hacia su destino. Braulio de la Cruz (53) es el mayor vendedor de sandías de la carretera San Juan, en Carabayllo, y su éxito radica en que siempre está ahí y que ofrece las más ricas y jugosas sandías de Lima.
¿Cuál es su horario de trabajo?
Estoy aquí en la vía desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde.
¿Y cuántas sandías se vende?
Traigo casi 200. A veces vendo 120 o todas.
¿Tantas? ¿Y cómo las trae?
En camión. Tengo un proveedor o a veces mi familia o amigos las transportan hasta aquí.
¿Por qué se decidió por esta fruta?
La elegí porque me encanta, la como siempre (risas). Además, estoy ubicado en plena carretera. Esta vía es muy transitada por viajeros y comerciantes que andan cansados y sedientos. Nada mejor que la sandía para aplacar la sed y recuperar las energías.
¿Usted las cultiva?
Al principio sí. Pero Lima no tiene un buen terreno para cultivarlas, por eso las traigo del norte. Ahí están las mejores sandías, las más dulces y jugosas.
¿Cuántos tipos de sandía ofrece?
Tengo dos tipos, sandía rayada (redonda) y la sandía dulce (alargada clásica). La primera es más lisa y jugosa, mientras que la segunda es más arenosa.
¿Cuál es la que más compra la gente?
Ambas. Yo suelo traer la misma cantidad de ambas y siempre se terminan. Pero para los que no se deciden, tengo unas porciones pequeñas picadas donde combino un poco de ambas.
Entonces el negocio es bueno...
Sí, cuando tienes un buen día.
¿Cuánto pesa cada sandía?
Entre cinco y diez kilos. Es como si cargara pesas. Tengo mi propio gimnasio aquí (risas).