Mantener la continuidad de una empresa es un trabajo continuo que deben tener en cuenta los emprendedores. Para ello, deben gestionar sus finanzas para evitar posibles riesgos, más aún cuando, durante el 2023, creció el número de empresas que cerraron.
Según un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), al tercer trimestre de este 2023, se han cerrado 144 mil empresas en Perú, tres veces más que el mismo periodo del año pasado (142,7% más). Para Rosa Moreno, decana de la Facultad de Ciencias de Gestión y Comunicaciones de la Universidad Autónoma del Perú (Autónoma), abordar los desafíos empresariales, como una recesión económica, pérdida del consumo, entre otros factores, implica una planificación estratégica y adaptabilidad financiera.
“Superar este panorama crítico implica no solo enfrentar los riesgos financieros con resiliencia, sino también aprovechar la tecnología y mantener una agilidad empresarial para anticipar y adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado. Esto permitirá asegurar la viabilidad y el crecimiento continuo de las empresas peruanas”, sostiene.
En esa línea, la especialista resalta que la volatilidad económica global, la transformación tecnológica continua, las regulaciones cambiantes y la gestión proactiva de riesgos financieros se presentan como desafíos críticos que requieren una respuesta estratégica para garantizar la estabilidad y el crecimiento en el ámbito financiero empresarial.
Ante ese panorama, Moreno brinda las siguientes recomendaciones:
Adoptar una planificación financiera proactiva y estratégica que permita a la empresa anticipar y responder a las fluctuaciones económicas y a las cambiantes condiciones del mercado.
Realizar inversiones tecnológicas informadas y sostenibles, enfocados en soluciones que no solo aumenten la eficiencia operativa, sino que también preparen a la empresa para el futuro.
Desarrollar una cultura organizacional que fomente la adaptabilidad y la flexibilidad, permitiendo a la empresa ajustarse rápidamente a los cambios regulatorios y económicos.
Implementar sistemas sólidos de evaluación de riesgos financieros, anticipando posibles desafíos y estableciendo estrategias de mitigación efectivas.
Mantener al personal actualizado con la formación continua para adaptarse a nuevas regulaciones y tecnologías, fortaleciendo la capacidad de respuesta de la empresa.
Moreno concluye que estas estrategias forman un marco adecuado para no solo sobrevivir a los desafíos del 2024, sino para prosperar y crecer en un entorno empresarial dinámico.
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